En una mañana soleada de julio, el Agente Rumor, conocido por su habilidad para desentrañar secretos, recibió una misión de alto impacto: investigar la desaparición para San Juan de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Con su lupa en mano y una capa hecha de servicios de energía y gas impagas, se dirigió al Senado, donde se había convocado una reunión de emergencia. Al llegar, se encontró con una escena inusual: todos los gobernadores, incluido el enigmático Marcelo Orrego, estaban reunidos en torno a una mesa redonda, discutiendo acaloradamente. El objetivo era claro: exigir que los ATN se distribuyeran de manera automática y sin la intervención del Ministerio del Interior. «¡Queremos nuestros fondos sin intermediarios!», exclamó Orrego, mientras agitaba un gráfico de barras que mostraba la caída de los recursos provinciales. Algunos -sin distinción de partidos- vieron las barras y se asustaron, Marcelo tuvo que salir a calmarlos…»Tranquilos que son barras de códigos, no barrotes de una celda».
El Agente Rumor, oculto tras una planta de ficus, escuchó atentamente. «Si logramos que el ATN se distribuya como los impuestos a las ganancias, podremos planificar nuestras obras sin sorpresas», murmuró Orrego. «Y sin tener que esperar a que el Ministerio decida si nos toca o no», añadió con una sonrisa astuta con guiño de ojo a Rumor como diciendo «¿Voy bien?, seguí grabando…»
Mientras tanto, el Agente Rumor tomaba notas frenéticamente. «Este es un caso de alta política con implicancias económicas», pensó. «Necesito un disfraz de funcionario decente, para infiltrarme y obtener más información, le voy a pedir que me preste un traje al ex Senador Kueider que ahora ya no los usa».
Y así, con su misión en marcha, el Agente Rumor se adentró en el laberinto de la política fiscal, decidido a descubrir la verdad detrás del misterio de los ATN para San Juan desaparecidos.