El campeonato le había dado una nueva chance a Racing. Un ratito antes, Vélez había caído en Santa Fe. Sin embargo, el equipo ya había dado todo en la Copa Sudamericana. En las últimas dos fechas, contra Estudiantes y Central Córdoba, no dio la talla. Este sábado por la noche, en Santiago del Estero, jugó uno de los peores partidos del ciclo de Gustavo Costas. Y el conjunto de Omar De Felippe, que guardó sus mejores valores para la final de la Copa Argentina contra su rival de Liniers, ratificó su buena campaña con una notable actuación del colombiano Luis Angulo.
¿Cansancio? ¿Resaca de campeón? ¿O solo un mal partido? Todas esas preguntas se hicieron los hinchas de Racing al cabo del primer tiempo, que solo terminó con dos goles de ventaja para los santiagueños porque Facundo Cambeses hasta tapó un penal.
Con cinco cambios, Costas buscó oxigenar un equipo que venía de dar la vuelta olímpica en Asunción, que había ganado en Rosario, pero que llegaba burbujeante por los festejos en el Cilindro, muy a pesar de la derrota en el increíble 5 a 4 ante los platenses. Sin embargo, nada le salió en esos primeros cuarenta y cinco minutos y poco hizo para cambiar la cara en el complemento.
Sin buen funcionamiento colectivo, con bajos rendimientos individuales, nunca estuvo en partido. Y Central Córdoba, que guardó casi todo para la final del miércoles, empezó a encontrar espacios a partir del buen manejo del mediocampo con la salida de Kevin Vázquez y la conducción de Elías Cabrera. Pero los más punzantes fueron Alexis Segovia y Luis Angulo.
Racing empezó a colapsar en una pelota parada. Tras varios rebotes, y un error no forzado de Martín Barrios, Yonathan Rak sacudió desde muy corta distancia y Cambeses sacó un guantazo de la galera.
En la siguiente jugada, defendió mal y el arquero salió apurado, a tal punto que bajó a Flavio Cabral. Andrés Gariano, cerca de la acción, no vio una falta que era muy clara. El VAR lo convocó a repasarla en el monitor, el árbitro corrigió y cobró la infracción. Ejecutó el propio centrodelantero, pero Cambeses se redimió. Es cierto que el remate fue anunciado, pero el número uno visitante mostró agilidad y reflejos.
Racing no aprovechó el impulso emocional de esa situación en la que pudo sobrevivir. Arriba, Maxi Salas y Luciano Vietto no aguantaban la pelota, Baltasar Rodríguez no generaba fluidez –tampoco Barrios- y Central Córdoba llegaba con facilidad ante un rival ilustre, lanzado, pero desorientado.
Entonces, llegó el desborde de Angulo por la izquierda, una deficiente cobertura de Gastón Martirena y el centro atrás del colombiano encontró una gran definición de Cabral, que aprovechó la floja oposición de Nazareno Colombo y Santiago Sosa.
Racing volvió a perder y le dijo adiós a la posibilidad del doblete. Foto: Federico Chara.Un rato después, Angulo volvió a quedar mano a mano con Cambeses, pero ganó el arquero. El línea levantó la bandera, cobró offside, pero si era gol lo iba a tener que cobrar vía VAR. El colombiano era muy amenazante y Racing, livianito.
Quedó claro en la última situación de la etapa inicial, cuando Cabral recuperó ante Vietto y Racing quedó mal parado. Angulo corrió con la pelota dominada y esta vez no falló cara a cara con Cambeses. Con dos estocadas, Central Córdoba viajó al descanso con una ventaja tan merecida como holgada.
Costas hizo dos cambios para la segunda mitad. Entraron Bruno Zuculini y Johan Carbonero, pero Racing siguió teniendo problemas. Y en la primera jugada que aceleró Angulo, desparramó a Colombo y definió ante Cambeses para configurar la goleada.
Con Juan Fernando Quintero en la cancha, Costas buscó darle mayor volumen de juego a su equipo. No obstante, el gol llegó gracias a una guapeada de Agustín García Basso.
Se hizo de ida y vuelta, con Racing jugado y Central Córdoba enfocado en la contra. Erró mucho Carbonero. También, Matías Godoy, Rodrigo Atencio y José Florentín, que entraron para el tramo final. Cambeses fue responsable.
Racing quedó con bronca. No gustó el desenlace. Le queda el clásico con River para cumplir. Los santiagueños buscarán la gloria que tanto soñaron a lo largo de su historia.