Mabel Szalankiewicz, la abogada que parece salida de una pelÃcula de acción (pero con tacones y toga), decidió que ya era hora de sacar la artillerÃa legal contra la Asociación Sanjuanina de Hockey sobre Césped. Y no lo hizo como cualquier socia, ¡sino como la socia activa del Legajo 1130! (Un número que suena más a contraseña de Wi-Fi que a algo legal).
La denuncia es tan dramática como un partido de hockey en el minuto final. Resulta que el interventor, AnÃbal Rojas, y su fiel escudero, Rolando Tello, han estado manejando la institución como si fuera un restaurante de comida rápida: todo desorden, deudas y nadie sabe dónde está la caja registradora. Según Mabel, estos dos han convertido la Asociación en un reality show financiero: «Deudas Impagas: El Reality». ¿Transparencia? Ni en el agua mineral.
Pero aquà viene lo bueno: los jugadores pagaron su seguro anual, pensando que estaban cubiertos como un queso fundido en una pizza. Pero, ¡sorpresa! AnÃbal y Rolando decidieron que ese dinero estaba mejor en… ¿sus vacaciones en Cancún? Asà que, durante diciembre y enero, los jugadores estuvieron tan desprotegidos como un flan en un terremoto. Si alguien se lastimaba, lo único que podÃan hacer era aplicar hielo y rezarle a San Google.
Y por si fuera poco, Mabel está más enfadada que un profesor de yoga en un embotellamiento. Resulta que AnÃbal Rojas ha incumplido el estatuto de la Asociación como si fueran las instrucciones de un mueble de IKEA: las leyó, no las entendió y decidió improvisar. Los torneos están en riesgo, la institución está al borde del colapso y, encima, las elecciones que debÃan hacerse en diciembre de 2024 brillan por su ausencia. ¿Qué pasa? ¿Esperan a que Messi se retire del fútbol para que venga a arreglar esto?
En resumen, Mabel Szalankiewicz pide que se termine la intervención, se convoque a elecciones y se responsabilice a los involucrados. Porque, al final del dÃa, esto no es un partido de hockey: es una institución que necesita orden, transparencia y, sobre todo, alguien que sepa manejar un presupuesto sin perder los recibos en el cajón de las medias.