BUSAN.- Los presidentes Donald Trump y Xi Jinping acordaron el jueves reducir las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China: Washington recortará algunos aranceles y Pekín mantendrá el flujo de suministros de las vitales tierras raras.
Trump calificó su primer cara a cara con Xi en seis años como un “gran éxito”, mientras que el líder chino dijo que ambos alcanzaron un “importante consenso” para resolver una guerra económica que ha perturbado los mercados y las cadenas de suministro.
“Creo que fue una reunión increíble”, dijo Trump tras el encuentro con Xi en la ciudad surcoreana de Busan. Elogió al dirigente como “un tremendo líder de un país muy poderoso” y anunció que visitaría China en abril.
El magnate republicano también reveló que tras la reunión el gigante asiático va “a comprar grandes cantidades, enormes cantidades de soja y otros productos agrícolas de forma inmediata”.
La medida puede significar un balde de agua fría para países latinoamericanos como Brasil y Argentina, que han aumentado sus exportaciones a China en medio de su disputa con Washington.
En el caso de las tierras raras, esenciales para industrias como la defensa y la tecnología, Trump precisó que se firmó un pacto prorrogable de un año para garantizar el suministro por parte de China.
El Ministerio de Comercio del país asiático confirmó que suspenderá durante un año ciertas restricciones a las exportaciones, incluidas las de tierras raras, un sector en el que tiene un enorme dominio.
Trump afirmó que el líder chino también accedió a “trabajar muy duro para detener el flujo” del mortal opioide fentanilo, un comercio en el que Washington ha acusado a Pekín y México de ser cómplices.
“Impuse un arancel del 20% a China debido a la entrada de fentanilo (…). Y, basándome en sus declaraciones de hoy, voy a reducirlo en un 10%”, dijo el magnate a los periodistas a bordo del avión presidencial Air Force One.
En una publicación posterior en redes sociales, Trump apuntó que los agricultores estadounidenses “estarán muy contentos” con los resultados de las conversaciones.
Agregó que Pekín “iniciará el proceso de compra de energía estadounidense”, lo que podría incluir petróleo y gas de Alaska. Funcionarios de ambas potencias se reunirán para negociar el potencial “acuerdo energético”, dijo.
En tanto, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo el jueves que China aprobó el acuerdo de transferencia de la aplicación de videos cortos TikTok, añadiendo que espera que avance en las próximas semanas y meses, si bien no ofreció más detalles.
“En Kuala Lumpur finalizamos el acuerdo de TikTok en términos de obtener la aprobación china y espero que eso avance en las próximas semanas y meses, hasta que veamos finalmente una resolución al respecto”, dijo Bessent en Fox Business Network tras la reunión.
Una vez finalizada la reunión, los líderes se despidieron. Trump se dirigió directamente al avión presidencial Air Force One, desde donde saludó y levantando su puño, tras el encuentro cara a cara en la ciudad surcoreana de Busan, el cual duró menos de dos horas.
Durante la reunión, los mandatarios intercambiaron elogios. Por un lado, Trump definió a Xi Jinping como un “negociador muy duro” mientras se daban la mano y el presidente chino sostuvo que ambos China y Estados Unidos “deben ser socios y amigos”, y que pueden “asumir conjuntamente” su “responsabilidad como países importantes y trabajar juntos para lograr cosas más grandes y concretas”.
Ambos líderes se sentaron uno en frente del otro y estuvieron acompañados por altos funcionarios de sus administraciones, entre ellos el secretario de Estado, Marco Rubio, y su homólogo chino, Wang Yi. De esta manera, se espera que Trump y Xi eviten con su encuentro una nueva escaldada de su pugna comercial, que ha sacudido por meses los mercados y entorpecido las cadenas de suministro.
Trump calificó el encuentro como “un gran éxito” y adelantó que en abril va a viajar a China para continuar con las conversaciones y que, posteriormente, Xi Jinping irá a Estados Unidos. “Llevamos muchas cosas a conclusión”, expresó.
En un movimiento inesperado, Trump anunció menos de una hora antes del encuentro en su plataforma Truth Social que instruyó al Departamento de Guerra para que comience a probar armas nucleares “en igualdad de condiciones”. El mandatario añadió que, en términos de arsenales nucleares, China ocupa un “distante tercer lugar” detrás de Estados Unidos y Rusia, “pero que en cinco años estará a la par”.
Su par ruso, Vladimir Putin, había anunciado en la víspera que Moscú probó con éxito un dron submarino con capacidad nuclear y propulsión nuclear, desafiando las advertencias de Washington.
Según el Boletín de Científicos Atómicos, la última prueba nuclear de China fue en 1996 y la de Estados Unidos en 1992.
Ambos líderes llegaron a Corea del Sur para la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), que se celebra hasta el sábado en la ciudad sureña de Gyeongju.
Trump afirmó el miércoles, de camino al país asiático, que en la reunión muchos problemas serían resueltos. En cambio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China se mostró más cauteloso y dijo que Xi y el republicano mantendrían “una comunicación profunda” sobre “temas estratégicos”.
El presidente estadounidense, a su vez, indicó que el eventual acuerdo bilateral incluiría la reducción del 20% de los aranceles sobre los productos chinos relacionados con el fentanilo, un poderoso opioide que ha causado la muerte de decenas de miles de estadounidenses. Sin embargo, tras la reunión, aseguró que los reducirá del 57% al 47%.
Otra cuestión importante son las restricciones a las exportaciones de tierras raras anunciadas por Pekín este mes, que llevó a Trump a poner en duda la cumbre con Xi. Al respecto, el presidente norteamericano sostuvo que se llegó a un acuerdo.
Trump, además, aseguró que China se comprometió a ayudar en la guerra en Ucrania: ”El tema se planteó de forma muy contundente. Hablamos de eso durante mucho tiempo y ambos vamos a trabajar juntos para ver si podemos conseguir algo», dijo el mandatario estadounidense a los periodistas en el avión presidencial Air Force One.
Agencias AFP, AP y Reuters

