A BORDO DEL AIR FOCE ONE.- Durante un diálogo con la prensa en el vuelo que lo llevó de Kuala Lumpur a Tokio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a deslizar la posibilidad de presentarse a un tercer mandato, descartó la posibilidad de presentarse a la vicepresidencia para sortear la prohibición constitucional y reveló que se sometió a una resonancia magnética a principios de este mes.
Según dijo a los periodistas a bordo del Air Force One, los resultados de la resonancia magnética, el segundo estudio que se realiza en el año, habían sido “perfectos”, pero se negó a decir por qué sus médicos la habían ordenado.
Durante el vuelo, Trump descartó la posibilidad de ser candidato a vicepresidente en las elecciones de 2028, una medida sugerida por algunos de sus partidarios para poder eludir los límites de mandato y permanecer en la Casa Blanca.
“Se me permitiría hacerlo”, dijo Trump, en un intercambio con periodistas a bordo del avión presidencial.
Pero añadió: “Yo no lo haría. Creo que es demasiado ingenioso. Sí, lo descartaría porque es demasiado ingenioso. Creo que a la gente no le gustaría. Es demasiado ingenioso. No estaría bien”. Los comentarios fueron los más recientes de Trump sobre el tema, que ha bromeado en declaraciones públicas y con gorras de “Trump 2028” que reparte en la Casa Blanca.
Nadie puede ser elegido a la presidencia de Estados Unidos por tercera vez, según la 22ª Enmienda de la Constitución estadounidense.
Algunos han sugerido que una forma de eludir esta prohibición sería que Trump, que comenzó su segunda presidencia en enero, se presentara como vicepresidente, mientras que otro candidato se presentara a la presidencia y dimitiera, dejando que Trump asumiera de nuevo la presidencia. Los opositores han discutido si esto sería legal.
El dirigente, de 79 años, repite a menudo que sus seguidores le piden gobernar más allá de su actual mandato, pese a la restricción constitucional. De hecho, recientemente ha mostrado gorras rojas con el lema “Trump 2028” en un escritorio del Salón Oval.
Sobre la posibilidad de un tercer mandato, Trump dijo: “Me encantaría hacerlo. Tengo mis mejores números”.
Cuando un periodista le preguntó si no descartaba un tercer mandato, respondió: “¿No lo descarto? Tendrá que decírmelo usted”.
Trump aludió también a una posible fórmula entre el vicepresidente J. D. Vance y el secretario de Estado, Marco Rubio, a quienes se refirió como dos grandes personas que podrían presentarse al cargo. “Creo que si alguna vez formaran un grupo, sería imparable”, dijo. “Realmente lo creo. Lo creo”.
Las declaraciones del presidente estadounidense se produjeron después de que Steve Bannon, su antiguo asesor y uno de los ideólogos clave de su movimiento “Make America Great Again” (MAGA, Hagamos a Estados Unidos grande otra vez), dijera que “hay un plan” para mantenerlo en la Casa Blanca. “Va a conseguir un tercer mandato… Trump va a ser presidente en 2028. Y la gente debería acostumbrarse a ello”, declaró Bannon a The Economist.
A los 79 años, Trump es la persona de mayor edad en ser elegida presidente , y tendría más de 80 años al final de su segundo mandato. Sus críticos han especulado sobre su salud en los últimos meses.
Al hablar sobre su salud este lunes, Trump ofreció un pequeño detalle nuevo sobre las pruebas que el médico de la Casa Blanca, Sean P. Barbabella, dijo que el presidente había recibido durante una reciente visita al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed.
“Sí, me hice una resonancia magnética. Fue perfecta”, dijo Trump a bordo del Air Force One el lunes. “Les di los resultados completos”. Sin embargo, la resonancia magnética no figuraba entre los estudios que se había hecho en su segundo chequeo médico del año.
Las resonancias magnéticas se utilizan para diagnosticar una variedad de afecciones, desde tumores, accidentes cerebrovasculares y esclerosis múltiple hasta problemas mucho menos graves como desgarros musculares e inflamaciones.
Cuando se le preguntó por qué se había hecho una resonancia magnética, el presidente respondió: “Podrían preguntarles a los médicos”.
Trump parecía decidido a presentarse como la imagen misma de la salud física y mental, y afirmó, sin pruebas, que dos legisladoras demócratas, las representantes Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York y Jasmine Crockett de Texas, no aprobarían los exámenes de salud cognitiva que se había realizado en Walter Reed. No especificó si se los había realizado en su última visita.
“Que AOC se enfrente a Trump”, dijo Trump, refiriéndose a sí mismo como candidato en una hipotética carrera presidencial. “Que Jasmine se enfrente a Trump. Las primeras dos preguntas son fáciles: un tigre, un elefante, una jirafa. Cuando llegan a cinco o seis, luego a diez, veinte y veinticinco, no podrían ni de lejos responder a ninguna de esas preguntas”.
Trump no especificó a qué prueba se refería.
La Casa Blanca no había ofrecido previamente una razón para el segundo chequeo hospitalario de Trump, que se consideró inusual ya que los presidentes generalmente solo se someten a un examen completo al año.
Desde que regresó al poder en enero, Trump ha aparecido regularmente con moretones en su mano derecha, a veces ocultos con maquillaje. La Casa Blanca aseguró que esto se debía a la aspirina que toma como tratamiento preventivo de salud cardiovascular.
En julio, el gobierno informó que Trump fue diagnosticado con una condición benigna conocida como insuficiencia venosa crónica, lo que le provoca hinchazón de piernas.
Agencias AFP y Reuters y diario The New York Times

