ROMA.- Después de meses de incomprensiones, finalmente la premier italiana, Giorgia Meloni y el presidente francés, Emmanuel Macron, tuvieron este martes una reunión dedicada a hablar francamente, hacer borrón y cuenta nueva y dejar atrás una relación borrascosa.
Difícil olvidar la mirada gélida de Meloni al recibir a Macron en una gala que tuvo lugar el año pasado en un espectacular castillo de la Puglia, en el marco de la reunión del G7, cuando tuvieron un cruce por el derecho al aborto (que el mandatario francés quería que figurara en la declaración final).
Aunque también hubo en el pasado tensiones por cuestiones de política migratoria de la líder de Hermanos de Italia, esta vez los temas de discusión fueron otros. Uno de los principales, Ucrania, aunque también un Medio Oriente en llamas, Libia, aranceles, entre otros de la agenda bilateral e internacional.
Se trató de la primera bilateral oficial, que tuvo lugar en Palazzo Chigi, sede del gobierno. Meloni recibió a Macron con un beso y sonrisas pasadas los 18.15 locales, ante fotógrafos y camarógrafos listos para la foto. Entonces hubo alfombra roja, piquete de honor, una banda tocó los dos himnos, pero ningún aire relajado: el lenguaje corporal de los dos líderes trasuntó frialdad.
En vísperas de la reunión del “deshielo” (como algunos lo bautizaron en Italia después de las fricciones), en el Elíseo hicieron trascender que el encuentro -que incluyó una cena de trabajo y después del cual, no hubo conferencia de prensa conjunta-, había sido pedido por Macron, de 47 años.
“El presidente viaja a Roma para un diálogo sin intermediarios con la premier, con el objetivo de ir a la sustancia de los temas, a partir de Ucrania”, hicieron saber.
La urgencia del mandatario francés es que haya una respuesta coordenada europea a la estrategia de Moscú -que está demostrando no querer ningún acuerdo ni ninguna tregua con Kiev-, sobre todo en vista de la reunión del G7 que tendrá lugar en Kananaskis, Canadá, a mediados de junio. Y en el marco del protagonismo, hasta ahora fallido, del presidente estadounidense, Donald Trump, en este asunto.
El encuentro tuvo lugar después de que Meloni sufrió lo que en Italia fue considerada una humillación, a mediados de mayo pasado, cuando durante una cumbre europea en Tirana, Albania, fue ignorada.
La premier, de 48 años fue excluida de un encuentro que allí, paralelamente, tuvieron Macron; el premier británico, Keith Starmer; el canciller alemán Friederich Merz; y el polaco Donald Tusk, junto al presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Para peor, en ese encuentro, hubo un llamado telefónico con “su” amigo, Trump, algo que enfureció a Meloni. La premier italiana, en efecto, intenta ser el puente entre Trump (fue la única líder europea que viajó a la asunción, el 20 de enero pasado y allí estuvo junto a su amigo argentino, Javier Milei)-, y la Unión Europea, distanciados no sólo por la cuestión de los aranceles, sino también por Ucrania, entre otras cuestiones.
Si bien Meloni explicó que no la habían invitado porque se trata de los llamados países “voluntarios”, dispuestos a enviar tropas a Ucrania -algo que Italia no hará-, después Macron desmintió su versión.
“Hay un error de interpretación, no hablamos de enviar tropas, la discusión era por un cese del fuego en Ucrania, el domingo y hoy”, explicó el mandatario francés que, dirigiéndose a la líder de Hermanos de Italia, añadió: “Evitemos difundir falsas informaciones, ya hay bastantes rusas”.
Una semana antes, Meloni tampoco había digerido una visita a Kiev del mismo cuarteto de hombres.
No sorprendió entonces que en el Elíseo insistieran de cara a la cumbre que “no hay ningún ostracismo hacia la premier italiana”. Y subrayaran que esa visita a Kiev había sido una iniciativa del entonces flamante canciller alemán Merz, a la que luego se sumó Macron.
El cara a cara entre “M&M” duró casi tres horas. La cumbre “de la paz”, como la bautizó el Corriere della Sera, siguió luego con una cena de trabajo ampliada a las dos delegaciones.
Italia y Francia se comprometieron a “refozar su compromiso común para una Europa más soberana, más fuerte y más próspera, sobretodo orientada a la la paz y capaz de defender sus propios intereses y de proteger sus propios ciudadanos”, indicó un comunicado conjunto, difundido después, poco antes de las 23 locales.
“El encuentro ha evidenciado fuertes convergencias sobre la agenda europea para la competitividad y la prosperidad”, también aseguró el texto, que subrayó coincidencias en cuanto a Ucrania.
“A más de tres años del inicio de la agresión rusa y tras las conversaciones de Estambul entre Ucrania y Rusia, el apoyo firme e inquebrantable de Francia e Italia a Ucrania es aún más necesario para alcanzar una solución justa y duradera, lo que presupone un ambicioso cambio de escala en la defensa europea, tanto en términos de inversiones como de apoyo a la base de defensa industrial y tecnológica europea”, aseguró.
En la bilateral también estuvo sobre la mesa Medio Oriente, confirmó el comunicado, sin dar detalles. En este tema, como es sabido, Macron intenta frenar la masacre en Gaza, relanzar la solución de los “dos Estados” y apunta a un reconocimiento de Palestina, que Meloni rechaza.
Habrá que esperar para saber si realmente hubo borrón y cuenta nueva. Por lo pronto, se acordó que habrá una nueva reunión bilateral en Francia a principios de 2026, lo cual no es poco.