Además, arrancaron sin quórum. Lo que en el PJ significa: “faltan cinco, pero arranquemos igual, total nadie lee el reglamento”. Después, llegaron los que faltaban, entre abrazos, guiños y promesas de que esta vez sí van a militar en serio (juuuaaa)
Y para cerrar la función con broche de cianuro, la Mesa Ejecutiva suspendió la Mesa de Mujeres. ¿Por qué? Porque evidentemente a alguien le pareció “demasiado feminismo para un lunes”. Y la Secretaría de Juventud directamente la borraron. ¡Chau, pibes! A buscar laburo como cualquier hijo de vecino. Total, la Carta Orgánica no los incluye. Es como el WiFi en las plazas, sabés que existe, pero nunca te conecta.
En resumen: el PJ se ordenó. Más o menos. Como una familia grande que se junta en Navidad: todos sonríen para la foto, pero por dentro se están jurando venganzas épicas para el 2025.