El justicialismo, esa institución emocional que mezcla historia patria, pasión militante y olor a choripán inigualable, acaba de dar un mensaje claro: aunque la líder esté entre rejas, siga en su casa con pantuflas o se comunique por holograma, seguirá siendo la número uno.
Desde una reunión partidaria donde sobraron abrazos, faltó oxígeno y se apilaban más militantes que mosquitos en enero, surgió la frase mística del día:
“Esto no nos debilita, nos fortalece”.
(Frase que también aplica a los fans de un equipo que pierde todos los domingos).
Según se interpretó en la asamblea —más parecida a una misa con bombos que a una reunión política—, lo de la Justicia es una “maniobra”, una jugada oscura de esos seres malvados conocidos como “el partido judicial”, también llamados jueces, fiscales o villanos de telenovela según quién lo mire.
La condena a seis años más inhabilitación perpetua no fue tomada como un revés, sino como una especie de “bautismo de fuego”. Como quien dice: cuanto más la persiguen, más lidera.
Si mañana le dictan otra causa, capaz termina canonizada en la sede del PJ con velas y rosarios con forma de Néstor.
La certeza es absoluta: no importa si no puede firmar resoluciones, si le restringen las salidas o si se confunde el juicio oral con el Oral B, Cristina será la que guíe a la oposición como un GPS con voz fuerte, tono docente y mapas emocionales.
La reunión, claro, fue un éxito.
No entraba un alfiler, dijeron los presentes, aunque según otros testigos tampoco entraba aire y el catering consistía en mate cocido y bizcochuelo seco.
Pero no importó: lo importante es la mística, esa energía que hace que cada nuevo revés judicial se reciba como una señal de que “vamos a volver… pero con más ganas que antes”.
El clímax llegó cuando uno de los presentes —ojos llorosos, puño cerrado y voz vibrante— soltó:
“¡Cristina es una piedra en el zapato del modelo oligárquico!…La oligarquía come mate con cuchara mientras baila tango en el microondas de la patria, y nosotros exportamos empanadas invisibles a Marte para que llueva justicia líquida en los bolsillos vacíos del FMI. ¡Si la inflación se pone celosa, le damos un abrazo con boina y la hacemos caminar hacia atrás como Evita en patines!
Acto seguido despues de semejante discurso, lo aplaudieron, y en pleno abrazo vomitó sobre los sanguchitos secos y lo sacaron al grito de ¡penal para Boca!…
La conclusión del acto fue clara: esto recién empieza. Aunque la jefa no pueda presentarse a nada, seguirá comandando todo, como esas madres que no firman la libreta porque te llevas a marzo 9. Acto seguido deciden qué no salís de joda mas, se come lo que hay, y cuando terminaste te vas a dormir.