El partido de fútbol entre Argentina y Marruecos en los Juegos Olímpicos de París 2024 fue un escándalo sin precedentes. Después de un gol agónico de Argentina, el partido fue suspendido durante casi dos horas debido a una invasión al campo de juego por parte de espectadores marroquíes y la violencia sufrida por la delegación argentina. El árbitro decidió reanudar el partido, que culminó con la anulación del gol argentino y la victoria de Marruecos. Las versiones sobre lo sucedido son contradictorias, con los jugadores argentinos expresando su impotencia y la FIFA justificando la demora en la reanudación del juego.