Pascual Di Tella tiene ADN olÃmpico. Su abuela materna, Cristina, compitió en esquà alpino en un par de citas en la década del ’60. Su mamá Astrid Stevelinck participó en Calgary 1988 y Albertville 1992, en la misma disciplina de invierno. Y su papá Rafael, uno de los esgrimistas más destacados de Argentina, disputó los Juegos de Seúl 1988 y Barcelona 1992. Él, como su hermana Isabel, se tiró para el deporte de combate y este sábado 27 de julio escribirá un nuevo capÃtulo en la tradición olÃmpica familiar en ParÃs 2024.
«Desde chico tenÃa la ilusión y el objetivo de ir a unos Juegos OlÃmpicos. En la pared de casa habÃa pósters de los Juegos a los que habÃan ido mis viejos. A mi abuela no la conocÃ, pero los pocos videos que vi de ella fueron de cuando estaba desfilando en las ceremonias de los que disputó. Esas cosas siempre fueron una motivación para mû, le cuenta a ClarÃn desde Estados Unidos el nieto de Guido Di Tella.
Haberse asegurado un lugar en la cita de la capital francesa es un logro especial para Di Tella, porque a diferencia de la mayorÃa de sus rivales, él no está enfocado cien por ciento en el deporte. Multifacético, se graduó de la Universidad de Duke con doble especialidad, Ciencias PolÃticas y FilosofÃa, y hoy está instalado en Nueva York, donde su vida gira en torno a los entrenamientos con el sable -el arma que eligió, a diferencia de su padre y su hermana, que optaron por la espada- y su trabajo relacionado con la música, su otra gran pasión.
«Siempre me encantó la música y siempre lo hice como un hobby. Cuando me gradué, estaba intentando hacer música propia. Y Nueva York es de las pocas ciudades que tienen una escena musical fuerte y también esgrima de elite. Asà que me mudé acá», cuenta.
«En esgrima es necesario vivir afuera para poder competir en el máximo nivel, porque te da roce con la elite mundial. Al menos, para mà es asÃ. Y vivir afuera no es posible si no tenés un laburo. Estoy súper agradecido por el apoyo del ENARD y de la SubsecretarÃa de Deportes, que desde hace once años me apoyan y me dan becas. Pero para vivir en Nueva York, con eso no me alcanza», continúa.
Di Tella trabaja en una agencia de booking de músicos, que representa a artistas de todo el mundo.

«Cuando un músico quiere hacer algún tour en algún lugar, nosotros negociamos los contratos con los promotores y nos encargamos de hacer todas las reservas y ‘bookear’ la gira. Después de los Juegos de Tokio estaba trabajando en un café y no era divertido. Empecé a buscar otra cosa y por un contacto llegué a la empresa, que necesitaba desesperadamente alguien que hablara español. Asà entré. Tuve mucha suerte. Es un laburo bastante exigente en términos de tiempo, pero súper divertido y entretenido. Me gusta mucho», comenta.
Pascual es asistente de un agente que representa a figuras como el colombiano J Balvin, el mexicano Javi y el venezolano Danny Ocean. Ahora están haciendo booking para Brasil y Venezuela, aunque antes cubrÃan eventos en todo el Cono Sur.
«Juanes tocó en Buenos Aires el año pasado y ese show lo cerré yo con con mi jefe -explica-. Igual la agencia es muy grande y hay agentes súper importantes que representan a artistas como Rihanna«.
-¿Cómo compaginás tu trabajo con los entrenamientos de alto rendimiento?
-En la agencia por suerte me apoyaron para buscar la clasificación a ParÃs. Generalmente, a la mañana hago un entrenamiento fÃsico, después voy a trabajar y a la tarde, cuando salgo del laburo, voy al club, donde hago sparring, tomo una clase o algo asÃ. Asà tres o cuatro veces por semana. Y le sumo en general una sesión o dos de otro deporte para mantener la variedad. Ahora estoy jugando mucho al squash, que me gusta mucho. Los movimientos son parecidos a los de esgrima y siempre está bueno meter algo distinto para tener un entrenamiento más sin quemarme la cabeza.
-De chico jugabas al básquetbol, ¿lo seguÃs haciendo?
-Últimamente no, porque tampoco me querÃa lesionar antes de los Juegos. Pero hasta hace unos años lo practicaba bastante. En Nueva York se juega mucho básquetbol en las plazas y a veces iba y jugaba con gente que no conocÃa. Lo dejé de hacer un poco por la esgrima, pero me encanta. Mi hermano Blas es súper crack en básquet, es súper grandote y tenemos batallas campales cuando voy a casa. Nos matamos.
En los primeros años que vivió en Nueva York, Pascual canalizó su amor por la música en los escenarios: tenÃa una banda con la que tocaba en bares de la ciudad. «Era súper divertido. Eran todos americanos, menos yo. Pero un par se mudaron a California y nos quedamos sin banda», recuerda.
-¿TodavÃa hacés música?
-Tengo un proyecto solista que se llama Ex Reii y a veces saco canciones en Spotify. Ahora estoy escribiendo mucho en español. ¿Qué tipo de música? No sé… Hago como un mix de indie pop latino alternativo. Toco el piano más que nada y canto. También toco guitarra y un poquito de bajo. Y grabo muchas cosas en casa, yo solo. Hago todo, una grave equivocación. (risas)

-¿Por qué una equivocación?
-Porque imaginate que los tipos que son músicos y le dedican toda la vida a eso no producen sus temas. Tienen un productor que dedica toda la vida a ser productor. Y alguien que dedica la vida a ser mezclador. Entonces hacer todo uno solo es un poco ridÃculo, pero soy una persona ridÃcula. (risas). Y trabajando en esta industria me doy cuenta de que tratar de competir con los tipos que se dedican a la música haciéndolo como un hobby es ridÃculo. Pero al mismo tiempo es súper satisfactorio hacerlo todo solo. Y como lo hago porque me apasiona y me encanta, tiene un poco de sentido.
-¿Nunca pensaste en estudiar música?
-Ser músico de conservatorio no me atraÃa tanto y pensaba que no era posible trabajar en la industria de la música sin ser músico. Por eso hice Ciencias PolÃticas y FilosofÃa. Lo primero lo elegà porque me gustaba un poco la historia y un poco la economÃa, pero no querÃa hacer ninguna de las dos. Entonces la polÃtica fue lo que quedó. Un año tomé una clase de filosofÃa y me fascinó. Y ahà cambié de especialidad. Por suerte ya habÃa hecho suficientes clases en ciencias polÃticas para poder terminar con los dos tÃtulos. La filosofÃa me interesa muchÃsimo más, pero no me arrepiento de haber estudiado polÃtica, porque abarca tanto que tuve clases de sociologÃa, de historia, de economÃa… Eso está bueno.
Di Tella contó que de vez en cuando sigue leyendo libros de filosofÃa. «Hay uno muy interesante de John Gray, The Silence Of Animals (El silencio de los animales). Lo podés leer cinco veces y no te aburrÃs. Y también hay muchos filósofos que escriben de una manera que podés leer un capÃtulo solamente y te queda algo», comenta.
Aunque reconoció que ninguna de esas dos ciencias forman parte de sus planes a futuro, al menos por ahora.
«A la filosofÃa la voy a dejar para otra vida», afirma. «Me encantarÃa seguir trabajando de lo que trabajo ahora. Que me promuevan a agente es mi próximo objetivo, lo que ya es suficientemente difÃcil. Después de ParÃs, ese va a ser mi foco. Creo que voy a seguir haciendo música como ahora porque me divierte y me da mucha satisfacción. Aunque no de manera profesional, a no ser que me vuelva un éxito viral -describe-. Y voy a seguir compitiendo y haciendo esgrima hasta que no pueda más. La comunidad de esgrima en Argentina es chica y todos nos conocemos, asà que imagino que siempre estaré ligado a este deporte, porque me encanta».

«Sentà alivio cuando se confirmó mi clasificación»
Pascual Di Tella sacó pasaje a ParÃs 2024 al quedarse con el cupo continental en sable disponible para América por el ranking de la Federación Internacional de Esgrima, tras el cierre de la última competencia que se tenÃa en cuenta para repartir las plazas por esa vÃa, la Copa del Mundo de Budapest que se disputó a fines de marzo, y luego de un proceso de adjudicación complejo.
«Fue todo medio raro, porque el sistema de clasificación es complicado. A la mitad del torneo sabÃa que tenÃa muchas chances de clasificar, pero dependÃa de muchas cosas y siempre te da la paranoia de que leÃste mal un renglón del reglamento o algo asÃ. Fue un alivio cuando llegó el e-mail con la confirmación, porque estuve todo el año buscando el cupo. Lo venÃa palpitando y lo vivà con mucha ansiedad», comenta.
Di Tella cuenta que las semanas siguientes a la clasificación fueron de sensaciones encontradas, porque su hermana Isabel, oro en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, no habÃa entrado por ranking y tampoco consiguió la plaza en el PreolÃmpico continental de San José a principios de abril. HabÃa un lugar en juego y ella cayó en semis. «Hubo una mezcla de felicidad y tristeza, porque estuvo muy cerca y se lo recontra merecÃa», dice.
Y destacó que haberse metido en el torneo olÃmpico hubiera sido imposible sin el apoyo de Sergio Turiace, Director Técnico Nacional, Lucas Saucedo, histórico entrenador de Belén Pérez Maurice y del seleccionado, y de toda la Federación Argentina.
a»La flexibilidad que tuvieron ellos conmigo me permitió seguir haciendo esgrima y compitiendo. Porque hubo veces en las que tuve que poner en pausa la esgrima y ellos me bancaron igual. Y me tuvieron fe durante todos estos años, cuando mucha gente decÃa: ‘Pascual está estudiando, no está concentrado en esto’«, afirma.
Tras renegar algunos años de la tradición familiar -«No es fácil practicar un deporte que tus familiares hacen tan bien, sentÃs un poco de presión y de chico me costaba», le contó a ClarÃn en una nota en 2017-, a los 14 años se metió de lleno en la esgrima. Ganó la plata individual y el oro por equipos en los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2018. Fue subcampeón panamericano en Lima 2019, cita en la que su hermana ganó el bronce en su especialidad. Y ahora tendrá su debut olÃmpico en la capital francesa, en la que estará bien acompañado.

«Mis papás están felices. Me apoyaron en toda mi carrera y están muy contentos. Ya consiguieron tickets para la competencia, alquilaron un Airbnb y todo. Asà que van a estar ahû, cuenta entre risas quien competirá el dÃa después de la ceremonia inaugural.
-Van a ser tus primeros Juegos OlÃmpicos, pero ya tenés mucha experiencia en competencias internacionales. ¿Sos de ponerte objetivos deportivos para los torneos o ponés el foco en rendir de la mejor manera posible sin apuntar a un resultado particular?
–Jacek Huchwajda, un entrenador polaco-alemán que fue a unos Juego OlÃmpicos y sacó medalla de bronce en dos Mundiales, me entrenó cuatro años en la universidad. Él me dijo: ‘No dejes que nadie te saque el sueño’. Si vos tenés un sueño, no dejes que nadie te lo quite. Tiene que ser tuyo. Y el sueño de toda persona que hace este deporte es ganar en los Juegos OlÃmpicos. Entonces, obviamente tengo fe en que hay un mundo posible en el que eso podrÃa pasar. Pero no voy a decir que lo esperado es llegar al podio o sacar medalla de oro, porque depende de muchos factores. Yo espero poder controlar lo que está dentro de mi control e intentar competir al máximo nivel.