El histórico partido de Alem y Yrigoyen parece haber quedado en estado vegetativo en San Juan. Mientras la política local se sacude con reacomodamientos y estrategias de cara a las próximas elecciones, un sector de militantes radicales empieza a perder la paciencia y, ante la inactividad que registra la conducción provincial, ya suenan voces que piden la intervención del partido.
Los reclamos apuntan a la falta de acción de las autoridades locales de la UCR, que, tras las internas de diciembre pasado, parecen haber optado por la hibernación en lugar de encarar una verdadera reorganización. En un contexto donde el radicalismo debería estar debatiendo su rol en la oposición y marcando agenda, el silencio y la falta de movimiento generan un vacío que preocupa a la militancia.
Fuentes cercanas a los sectores críticos aseguran que la intervención sería la única salida si la dirigencia sigue sin reaccionar. La UCR sanjuanina, que en otros tiempos supo ser un actor clave en la política local, hoy parece atrapada en una letargia que la aleja de cualquier protagonismo.
En un partido donde la inacción es peor que la derrota, la pregunta es inevitable: ¿habrá reacción o la UCR sanjuanina terminará siendo una anécdota en los libros de historia?