El Banco Central (BCRA) volvió a vender reservas hoy. En medio del tembladeral financiero global -derivado del impacto que está teniendo la guerra de aranceles en desarrollo– y de la persistente incertidumbre sobre el futuro de la política cambiaria oficial, la autoridad monetaria debió aportar al mercado US$60 millones adicionales.
Lo hizo en una rueda en la que se operaron US$312,3 millones, por lo que su participación terminó equivaliendo al 19,3% de las divisas negociadas en el día. Con esta intervención, la pérdida acumulada por ventas directas en el mercado asciende a US$1863 millones en 15 de las últimas 16 jornadas, una cifra que representa el 46,6% de los algo más de US$4000 millones que había conseguido acumular hasta mediados de marzo, cuando comenzó esta oleada de ventas.
Si a eso se le suman los dólares sacrificados de manera indirecta -a través de operaciones con bonos- para contener los precios de los dólares financieros y mantener la brecha cambiaria en niveles razonables, el deterioro de las reservas es todavía mayor. Según datos oficiales, el BCRA destinó US$984 millones a este tipo de intervenciones en enero y US$487 millones más en febrero. A eso se le sumarían unos US$550 millones adicionales en marzo, según estimaciones del mercado.
En ese marco, el saldo neto de intervenciones cambiarias del año hasta fines de marzo se reduciría a apenas US$120 millones, y tendería a cero si se considera lo ocurrido en los primeros días de abril, aunque la actividad en ese período fue acotada.
Los números son reveladores de la frágil situación que enfrentan nuevamente las reservas del BCRA y ayudan a explicar la urgencia oficial por cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que no sólo permita postergar pagos con el organismo, sino también aportar liquidez.
La tenencia bruta de reservas volvió a caer este lunes otros US$134 millones, para cerrar en US$24.657 millones. Esa baja se debe no solo a las ventas directas, sino también al impacto que tiene la depreciación reciente del yuan sobre el valor del swap con China. Desde el pico de US$32.903 millones alcanzado el 7 de enero pasado -poco antes del pago de servicios por los bonos de deuda externa-, las reservas internacionales ya retrocedieron en US$8318 millones.
“Es muy probable que la premura con la que el Gobierno busca avanzar ahora con el FMI -tras varios meses de relativizar la necesidad de un acuerdo inmediato- obedezca al agotamiento de los mecanismos que permitieron sostener un esquema cambiario poco realista”, analizó Pablo Repetto, economista de Aurum Valores. Y detalló que la acumulación de reservas hasta marzo fue posible gracias a la calendarización de importaciones, el Bopreal (cuando el tipo de cambio estaba aún alto) y, más recientemente, al exitoso blanqueo que comenzó a tomar fuerza desde la segunda mitad del año pasado.
Juan Manuel Truffa, economista de la consultora Outlier, consideró que en el actual contexto es lógico que el BCRA tenga que vender reservas. “Lo costoso fueron las primeras ventas, más asociadas al ruido que generó el anticipo de un acuerdo con el FMI sin definiciones claras sobre la política cambiaria. Las ventas actuales, en cambio, responden más a la dinámica de los mercados globales”, explicó.
Por lo pronto, todas las miradas del mercado están puestas en las novedades que pudieran surgir hacia el final de esta semana respecto del acuerdo con el FMI. En particular, se espera que el Gobierno pueda aclarar si continuará o no con el actual esquema cambiario. Una definición en ese sentido podría abrir el camino a un nuevo equilibrio de mercado. “Uno que le permita al BCRA volver a comprar reservas”, sostienen operadores.
“Si la crisis global no se desmadra, y con el apoyo del FMI, el rumbo económico podría continuar por la buena senda luego de aplicar ajustes menores en el frente cambiario. Recordemos que, a diferencia de 2022 o 2018, este año no se prevé un impacto adverso en las cantidades exportadas por el agro. A eso se suma la inminente entrada en funcionamiento de la ampliación del ducto de Oldelval, que permitirá incrementar en al menos un 25% las exportaciones de petróleo respecto de 2024. Sin un shock negativo en las cantidades, solo restará ver qué ocurre con los precios internacionales”, destacó hoy la consultora Delphos Investment en su informe diario.