José Luis Gioja lo volvió a decir. Lo volvió a repetir. Lo volvió a gritar. Lo volvió a murmurar en pasillos, a filtrar en off, a escribir entre líneas en algún tuit flojo de likes:
“Voy a ser candidato sí o sí.”
Porque si hay algo que Gioja tiene más firme que las caderas, es el ego político. Mientras todos especulan, negocian, miden, tantean, él ya tiene el cartel impreso:
“Candidato eterno. Edición 2025. Edición especial: no me importa nada.”
No hay interna, encuesta, lógica, ni pedido de unidad provincial que lo haga bajarse. El tipo sigue como si el peronismo fuera su cuenta de Netflix: lo paga él, elige él, y nadie más toca el control remoto. “Unidad sí, pero conmigo primero”, repite el Flaco, que si algo le sobra son laureles a nivel provincial y nacional.