Es fascinante cómo algunos periodistas y dirigentes en Argentina, tan indignados por los monstruos tecnológicos de nuestro tiempo, logran equilibrar su moralidad a base de likes y retweets. Hablan con vehemencia sobre Donald Trump, Elon Musk, Mark Zuckerberg o Google, acusándolos de ser los responsables de todos los males de la sociedad: desde la polarización política hasta la manipulación de nuestras mentes. Los pintan como villanos de un mundo distópico que, según ellos, está siendo gobernado por estos titanes de la tecnología y el capital.
Pero lo curioso es que estos mismos periodistas y dirigentes, que tanto predican contra el poder de las grandes corporaciones, no dudan en encender sus dispositivos cada mañana para usar las plataformas de estos mismos «demonios» que tanto critican. Se sumergen sin pudor en las redes sociales que, según ellos, son los instrumentos del diablo, buscando esos 10 minutos de fama en un tuit viral o el artículo que se vuelva trending en Google News. Facebook y Twitter, esas “herramientas de manipulación”, son sus mejores amigos para ganar visibilidad, mientras condenan a los mismos gigantes a los que deben su fama.
Lo más interesante es cómo denuncian el control de la información por parte de Zuckerberg, pero nunca parece importarles que sus publicaciones periodísticas u opiniones dirigenciales sean vistas por millones de personas gracias a ese mismo algoritmo «malévolo» que supuestamente distorsiona la realidad. Se indignan por la presencia de Musk en la política, mientras publican en Twitter sobre la última noticia de la Argentina, sin ni siquiera considerar que están apoyando a uno de los hombres más poderosos del mundo al interactuar con sus plataformas.
Y no olvidemos a Google, el motor de búsqueda que ha «esclavizado» nuestra mente, según estos mismos periodistas. ¿A quién le preguntan ahora si no es a Google? No sólo para encontrar las fuentes que citan en sus artículos, sino también para obtener ideas, hacer investigaciones rápidas, o incluso para conocer la última polémica de esos mismos empresarios que parecen ser la peste de este siglo. Google no es solo la máquina que alimenta su conocimiento diario, sino también la ventana que les da visibilidad a sus publicaciones.
El cinismo de esta actitud es asombroso: criticar a estos magnates tecnológicos por su poder y su influencia, mientras se alimentan de la misma energía que ellos producen. ¿Realmente creen que podemos tomarlos en serio cuando su primera acción de la mañana es tuitear su más reciente puteada sobre Trump o el que sea , mientras usan el mismo teléfono que le compraron a Apple, de la mano de Tim Cook, otro de esos malvados que tanto detestan?
La contradicción está ahí, a la vista de todos. Estos periodistas y dirigentes se rasgan las vestiduras hablando de la influencia nociva de las plataformas, pero lo hacen en las mismas plataformas que aseguran ser la raíz de todos los problemas. Y lo peor de todo es que piensan que sus críticas y análisis son más genuinos porque lo hacen desde el anonimato (Si no se animan a poner la cara) que proporciona la pantalla de su dispositivo, sin darse cuenta de que, al final del día, son los mismos actores los que permiten que su voz llegue al público.
Al final, si realmente están tan convencidos de la amenaza que representan estas figuras, tal vez sería hora de hacer un esfuerzo y desactivar sus cuentas en las redes sociales que tanto les preocupan y dejar de usarlas mientras se creen los paladines de la ética digital.
La Tecnología y el cambio
Hugo Levato
En varias universidades argentinas se producirán este año elecciones para el cambio de autoridades. Una de ellas será la nuestra, Universidad Nacional de San Juan. Es algo descorazonador ver el nivel de las propuestas y de las acusaciones de unos candidatos a otros. La mayoría de ellas constituyen intercambios de etiquetas: vos sos kirchnerista, camporista, libertario etc. Mi impresión es que la discusión debe cambiar de nivel.
Se debe pensar que la tecnología, incluyendo obviamente la IA, está cambiando radicalmente nuestra forma de vivir y trabajar. Los alumnos que este año ingresaron a la UNSJ y que obtendrán sus títulos dentro de 5 a 10 años, tal vez hayan ingresado a carreras cuyos títulos no servirán más cuando los reciban. No escucho ni leo ideas de los candidatos a ser autoridades universitarias sobre cómo enfrentar el tema. Hoy hasta cambiar un plan de estudios en la UNSJ sigue siendo una tarea compleja y administrativamente frustrante debiendo pasar el tema por los consejos de las Facultades y luego por el Consejo Superior con la consecuente demora cuando la tecnología cambia cada 3 meses.
Como ejemplo de los cambios radicales que se están produciendo puedo mencionar un caso muy cercano sobre mi ciencia: la Astronomía. Orgullosos estábamos hace 35 años cuando terminamos un comedor para casi 50 personas en el Leoncito y dormitorios para otras tantas donde se alojaban cómodamente los astrónomos y observadores que concurrían a usar los instrumentos a 2500 m de altura. Hoy la automatización de procesos y los enlaces computacionales han hecho que esa infraestructura esté demás y no se utilice por los investigadores, ya que trabajan en remoto desde La Plata o Córdoba o Polonia o España. Es más, la ciencia astronómica desde la superficie terrestre tiene sus días contados. Los telescopios espaciales, los satélites científicos y los robots colocados sobre la superficie de asteroides, lunas o planetas concentrarán la tarea de recolección de datos las 24 horas del día terrestre y sin la perturbación que representa nuestra atmósfera.
Así como ocurre en Astronomía otras ciencias y actividades se verán modificadas.
No lo digo yo solamente sino Bill Gates, Elon Musk y gran número de tecnólogos. Según la visión de Elon Musk, la humanidad enfrentará un nuevo rol en un mundo transformado por la Inteligencia Artificial (IA).
Las afirmaciones de estos empresarios y tecnólogos pueden parecer demasiado audaces, pero están sustentadas en algunos datos muy sólidos. En un estudio realizado por el Centro Médico Beth Israel Deaconess encontraron un desempeño sobresaliente de la IA en estudios clínicos: GPT-4 alcanzó una precisión en el diagnóstico del 90%. En contraste, los profesionales que recurrieron a herramientas tradicionales alcanzaron solo un 74%. Todo puede discutirse y debatirse, pero estoy seguro de que la Inteligencia Artificial (IA) está transformando muchas industrias y profesiones. Algunas actividades que podrían verse afectadas o incluso dejar de existir debido a la automatización y la IA son:
1. Operadores telefónicos y recepcionistas.
2. Conductores de vehículos (taxistas, camioneros, etc.). La llegada de los vehículos autónomos podría reducir la necesidad de conductores de camiones y repartidores
3. Cajeros y personal de atención al cliente en tiendas.
4. Trabajadores de almacén y logística (automatización de procesos).
5. Analistas de datos básicos (IA puede realizar análisis más rápido y preciso).
6. Traductores e intérpretes (IA puede realizar traducciones automáticas).
7. Redactores de contenido básico (IA puede generar contenido automáticamente).
8. Asistentes administrativos y secretarias.
9. Operadores de maquinaria y equipos (automatización industrial).
10. Agentes de viajes y reservas (IA puede realizar reservas y recomendaciones).
Profesionales contables y abogados desaparecerán o serán fuertemente modificados.
La IA ya reemplaza a los trabajadores de caja en los supermercados y reemplazará a los cajeros bancarios.
La medicina también se verá muy modificada sobre todo en el aspecto quirúrgico de precisión.
Según los expertos, la humanidad podría convertirse en un respaldo fundamental para los sistemas de inteligencia artificial, aprovechando su resiliencia biológica frente a la fragilidad del silicio. La resiliencia es un aspecto o elemento de la personalidad humana que nos permite superar las crisis o adaptarnos a momentos adversos.
Además, Musk plantea la posibilidad de que los humanos actúen como una fuente de voluntad, complementando la lógica de los algoritmos con cualidades inherentes de la conciencia humana.
Es importante destacar que la IA no reemplazará completamente a los humanos, sino que cambiará la forma en que trabajamos y nos enfocamos en tareas más creativas y de alto valor
Mi conclusión personal es que la IA por ahora no va a reemplazar a los humanos pero los humanos que conozcan IA sí van a reemplazar a los humanos que no tengan conocimiento de ella.
Sin embargo, y esto va para los jóvenes, también surgirán nuevas carreras y oportunidades relacionadas con la IA, como:
1. Desarrolladores de IA y machine learning.
2. Especialistas en ética de la IA.
3. Analistas de datos avanzados.
4. Ingenieros de automatización.
5. Especialistas en seguridad cibernética.
6. Desarrolladores de realidad virtual y aumentada.
7. Especialistas en inteligencia artificial aplicada.
¿Como reaccionan a esto nuestras universidades públicas cuyo funcionamiento para los cambios es muy lento? Quiero creer que lo están a