En una nueva entrega del ciclo “No fui yo, fue el otro”, la Obra Social Provincia se puso el ambo de cirujano mediático y salió con bisturí en mano a responder las acusaciones del Colegio Médico por el cierre del sanatorio CIMYN.
“Nosotros no matamos al paciente”, dijeron, mientras acomodaban el estetoscopio. “Solo le pasamos suero con gusto a recorte”. Según explicaron, no hay un “convenio de asistencia” sino un “acuerdo por prestaciones”. O sea: te cubrimos, pero sin enamorarnos.
El comunicado fue quirúrgico: recordaron que el verdadero responsable es COLMED, ese financiador que aparece menos que médico de guardia un domingo a la noche. Además, la obra social jura que hasta adelantó plata para evitar el desmayo económico del sanatorio. Pero claro, si el paciente se desmaya todos los meses, uno empieza a preguntarse si realmente puede curarse.
Respecto a los partos, la OSP reveló que solo el 10% de las afiliadas elige CIMYN. El otro 90%… huye. Quizás por la atención, quizás por el wifi, quizás porque la opción «parir en casa» suena menos riesgosa.
Y como frutilla del postre, se defendieron con números: pagan más rápido que nadie, dicen, y los valores están “entre los más altos del país”. Qué lástima que no alcanza para evitar el cierre de clínicas. Parece que lo único alto acá es el nivel de cinismo.
¿La deuda por medicamentos? Vieja, desordenada y judicializada. Como los expedientes que duermen en los cajones de toda burocracia feliz. Pero tranquilos: “Nuestra prioridad es el cuidado de los afiliados”, concluyeron, sin reírse. O tal vez sí, pero puertas adentro.
Así que, queridos pacientes, prepárense. Porque si el sistema de salud fuera un quirófano, ya nadie sabe quién tiene el bisturí… pero todos sangran.
Excelente nota. La realidad de la salud provincial publica y privada es compleja y hace agua a todo nivel.