El príncipe Felipe, duque de Edimburgo y esposo de la reina Isabel II, se llevó sus secretos amorosos a su tumba. Pero documentos confidenciales recién revelados muestran que el famoso y temido John Edgar Hoover sugirió que el príncipe consorte británico estaba involucrado con dos de las mujeres protagonistas del escándalo sexual Profumo. Un affaire que forzó a renunciar al entonces secretario de guerra británico, que dedicó el resto de su vida a la beneficencia.
El temido Hoover, jefe del FBI estadounidense, envió un cable a la embajada estadounidense en Londres, diciendo que el príncipe Felipe tenía vínculos con las dos protagonistas del escándalo: Christine Keeler y Mandy Rice Davies, las dos chicas del Soho Club, que participaban en las fiestas sexuales de la aristocracia.
Ward, un osteópata, había introducido a la espectacular y adolescente Christine Keeler a John Profumo, por entonces secretario de guerra. Profumo fue forzado a renunciar cuando se descubrieron las fiestas y el vinculo de Keeler con el ataché naval y espía ruso. El escándalo amenazaba con hacer caer el gobierno de Harold Macmillan, que se derrumbó estrepitosamente.
Keeler se había mudado a Londres y trabajaba en un club de Soho, donde conoció al osteópata. En el trabajo se hizo amiga de Mandy Rice Davies, que se convirtió en su amiga y compañera de fiestas.
John Profumo, secretario de Guerra británico, en 1969. Estuvo en el centro de un gran escándalo sexual y político. Foto: APChristine fue introducida a Profumo por Ward en una fiesta en Cliveden Estate en 1961. Pero ella estaba teniendo un affaire con Yevgeny Ivanov, espía soviético y atache naval soviético en Londres. La carrera de Profumo no podría sobrevivir tales revelaciones, sin destruir su gobierno y al partido conservador.
El cable durmió el sueño de los rumores por más de 60 años, en los archivos del Departamento de Justicia norteamericano. Fue documento fue liberado finalmente ahora, ante un pedido de libertad de información del Mail on Sunday.
Las chicas, las fiestas y el osteópata
El cable sostiene los rumores que contó Thomas Corbally, que trabajaba en el espionaje industrial y era amigo de Stephen Ward, el “fixer” que sacudió al establishment británico y al espionaje mismo.
Hoover escribió: ”Corbally dijo también que el príncipe Felipe estaba envuelto con esas dos chicas”.
El cable fue enviado por Hoover el 20 de junio de 1963. El incidente también apareció en la serie The Crown de Netflix sobre el reino de Isabel II. Allí se mencionaba a Anthony Blunt, un gay muy discreto y guardián de las pinturas de la reina, que fue identificado como el líder de todos los espías británicos que huyeron a Rusia desde el reino.
El príncipe Felipe, duque de Ediburgo, con Isabel II el día de su coronación como reina, el 2 de junio de 1953. Foto: AFP Pero en su caso, la corona y los servicios secretos decidieron disimularlo. El le advirtió al príncipe Felipe, según Netflix, que expondría su relación con el osteópata Ward y las fiestas en el palacio de Aston si denunciaba su traición de espía.
Revelación incómoda
La sugerencia de Hoover de que el príncipe Felipe estaba ligado a las dos chicas iba a causar incomodidad en ambos lados del Atlántico.
Hoover fue el hombre norteamericano más poderoso en el FBI hasta que murió en 1972, orquestando campañas contra supuestos subversivos y radicales. Fue acusado de abuso de poder contra figuras poderosas usando vigilancia y escuchas.
En plena guerra fría, estas revelaciones hubieran dañado el vinculo bilateral de las relaciones especiales anglo americanas.
Ward fue arrestado por vivir de las ganancias de la prostitución. Tomó una sobredosis de píldoras durante su juicio y murió antes de que lo sentenciaran.
En 1975 Profumo fue condecorado como Comandante de la Orden del Imperio Británico por su trabajo de caridad. Murió en el 2006.
Christine Keeler murió a los 75 años de Epox, en el 2017, en la más absoluta pobreza en el Princess Royal Hospital.
El príncipe Felipe falleció a los 99 años en el 2021, sin que nadie hablara de su caso oficialmente. Está enterrado, junto a la reina Isabel, en la capilla de Windsor.
