Gustavo Monti, primo del exgobernador Sergio Uñac y empresario con alma de querellante, volvió a pisar tribunales con la esperanza de cobrar $6 millones porque alguien en la radio dijo algo que no le gustó. Pero la Justicia, con la tranquilidad de quien ya se leyó todos los capítulos de esta novela, le dijo: “No, Gustavo. Esto no es Radio La Voz, esto es un juzgado.”
El blanco de su furia fue el conducto Osvaldo “Pájaro” Benmuyal, que en su programa “Con alma y vida” comentó —con su clásico tonito radial y mate en mano— que Monti habría ganado algunas licitaciones gracias a su árbol genealógico… más específicamente, gracias a una rama llamada Sergio Uñac.
Monti, muy caliente como sopa de sobre, presentó una demanda por calumnias e injurias, porque al parecer nunca nadie le enseñó el arte de cambiar de dial. Pero el juez Rollán fue clarísimo: no hubo malicia, no hubo mala leche… solo hubo micrófono y opinión.
Y como si esto fuera una especie de hobby, Monti ya venía de perder otra demanda similar contra Antonio Canales (Otro Angelito del eter). Dos intentos, dos derrotas. Si fuera campeonato, ya estaría descendiendo.
Moraleja: si vas a demandar a periodistas por decir cosas que no te gustan, al menos andá preparado para perder, o escucha Radio La Voz donde no vas a tener ese problema, ¡satisfacción garantizada!.