Rodolfo Colombo volvió a hablar. Sí, otra vez. Como ese familiar que no ves hace años pero siempre aparece para decir que “si me necesitan, yo estoy”. Esta vez se despachó con que “podría serle útil a Orrego” como diputado nacional. Claro, como si Orrego estuviera en el Congreso gritando: “¡Che, me falta un Colombo para que esto funcione!”.
El jefe de asesores (y aparentemente también jefe de sí mismo) dejó flotando la idea de que tiene contactos con La Libertad Avanza. O sea, sería como el Tinder institucional entre Orrego y Milei: un match sin swipe.
“Uno conoce el juego en el Congreso”, aseguró, como si fuera Messi hablando del Camp Nou. Lo cierto es que Colombo conoce el Congreso como yo, está en Avda. Rivadavia y Callao y hay otros dentro del gobierno que dicen»Mirá que casualidad, yo también conozco el Congreso, podría estar ahí si me llaman».
También aclaró, generosamente, que no es una ambición personal. Un altísimo dirigente de Producción y Trabajo comentaba ayer en una mesa de Tres Cumbres que [«El gordo dice que es solo «»si me lo ruegan, si me lo suplican, si el destino me lo pide, ahí estaré… facturando dieta nacional y viajando en avión de Aerolíneas sin pagar la valija”»].
Como siempre, hizo su gira mediática por radios que todavía reproducen jingles del 2015, donde opinó de todo y de todos. Y dijo que en su frente político las decisiones no las toma Orrego “con el dedo”. No, claro, las toma con el codo, la rodilla, o con la lapicera de alguien más. Igual, todos sabemos que si Orrego estornuda, en Actuar se enferman.
Nombró a todos los próceres de la política nacional: Cornejo, Pullaro, Frigerio… y si le daban dos minutos más, metía a Sarmiento, San Martín y tal vez un saludo a Mirtha Legrand. Porque Colombo tiene algo que pocos tienen: memoria de agenda y contactos que lo recuerdan.
Después tiró frases místicas tipo: “sería un sueño representar a San Juan”. Claro, un sueño… como esos en los que uno se cae al vacío, se despierta sudando y se da cuenta de que todavía no lo llamaron de ningún lado.
También chicaneó al PJ, porque si no hablas mal del peronismo, en la política sanjuanina te sacan el carnet de opinólogo. Dijo que están perdidos, sin liderazgo, y preocupados por su interna. Y él, mientras tanto, está preocupado por la suya: ver si lo enchufan en alguna lista aunque sea como suplente del suplente del suplente, porque si algo pasa en ese frente es que los Orrego no le abran el juego a nadie que no estén convencidos de su fidelidad.
Y remató con un análisis electoral de la profundidad de un charco: que si se separan de los libertarios, pueden meter dos diputados ellos y uno Milei. Claro, como si la gente se levantara un domingo y dijera: “Hoy voto a Rodolfo porque tiene buen vínculo con Control, El jefe y Maxwell Smart”.
En fin, Colombo volvió a tirar el anzuelo al agua, ¿quedará algo para pescar?