El volcán Etna, en Sicilia, entró en erupción el 2 de junio de 2025, expulsando lava, cenizas y generando explosiones en su cráter sureste, con una columna de ceniza que alcanzó entre 5 y 6 kilómetros de altura. Aunque se produjeron flujos piroclásticos que descendieron unos 2 kilómetros, no hubo daños en zonas habitadas gracias a la protección natural del Valle del León. No se ordenaron evacuaciones formales, pero muchos turistas abandonaron el lugar por precaución, mientras las autoridades intensificaban la vigilancia y emitían alertas por ceniza y riesgos en áreas cercanas. A pesar de la actividad volcánica, el aeropuerto de Catania continuó operativo, favorecido por vientos que dispersaron las cenizas. El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia mantiene una estricta monitorización, ya que el Etna ha registrado al menos 14 erupciones desde marzo de este año.
OTRA ERUPCION DEL ETNA

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