Un hincha ‘ultra’ del Atalanta fue asesinado durante la madrugada de este domingo por otro barra del Inter de Milán, tras una pelea entre dos grupos de ambas facciones que tuvo lugar en un bar de Bérgamo, al norte de Italia. La víctima, de 26 años, pertenecía a la ‘Curva Nord’ del equipo bergamasco, la facción radical de la ‘Dea’, y todo apunta a que murió cuando otro joven, de 19 y que pertenece a los radicales interistas, le causó una herida mortal con un cuchillo, según las primeras reconstrucciones publicadas por los medios italianos.
El apuntado como autor material del hecho se entregó a la Policía italiana y aseguró, según las mencionadas fuentes, que lo hizo para defender a su hermano gemelo que estaba siendo agredido en una golpiza.
La pelea comenzó en un bar, provocada porque el grupo interista entonó un cántico provocativo. El enfrentamiento, ya con ambos grupos armados con armas blancas y objetos pesados para lanzar, continuó poco después en una calle cercana al local y al GeWiss Stadium, donde juega el Atalanta.
Las autoridades italianas encontraron en la zona poco después el arma del crimen.
La hinchada del Atalanta, antes del encuentro de este domingo contra el Monza, mostró una bandera en honor a su fanático asesinado. Después, en cancha, apabulló a su rival, el último legado del fallecido Silvio Berlusconi, y con un 4-0 lo envió a la Serie B, la Segunda División de Italia. Mateo Retegui, el argentino nacionalizado italiano, fue titular y brindó dos asistencias en los primeros tantos de su equipo.
Este Monza que ahora tiene como cara visible de la directiva a Adriano Galliani, mano derecha de Berlusconi con el mítico y temible Milan de los años 90, ha sido el peor equipo con diferencia de toda la Serie A.
La marcha de Raffaele Palladino, actual entrenador de la ‘Fiore’, y de varios jugadores como Daniel Maldini, Pablo Marí o Warren Bondo, complicaron el andar de un equipo -dirigido por Alessandro Nesta en dos etapas diferentes dentro de la misma temporada- que solo ha ganó dos partidos a falta de tres jornadas para el final de la campaña.
Un doblete de Charles De Ketelaere y los goles de Rafael Toloi y Marco Brescianini sentenciaron el año negro del Monza, un equipo que hace no tanto, con Berlusconi -que murió en junio 2023- como líder, soñaba con llegar a la Champions League.
Lejos de querer alejarse del mundo del fútbol, tan solo un año más tarde de abandonar el Milan, en 2018, y con una rápida operación de casi tres millones de euros, el magnate de los medios de comunicación se quedó con el 100% de un Monza que estaba en la Serie C.
‘Il Cavaliere’ estaba de vuelta y sus estridencias y salidas de tono volvieron al mundo del fútbol en 2022, cuando, tan solo cuatro años después, gracias a su tenacidad y cartera, retornó a su hábitat natural, la Serie A. La vuelta a los focos, a sentirse el centro de atención en el circo futbolístico.
El dueño del grupo financiero Fininvest imitó su modelo del Milan, también con los buenos resultados que obtuvo en esa época. Un proyecto deportivo por la vía rápida, a base de billetes. Con 116 millones de euros -repartidos en fichajes, ampliación de capital y nuevas infraestructuras para el club-, una cifra desorbitada para equipos de la Tercera y Segunda División, consiguió hacer historia y llevar por primera vez al Monza a la Serie A.
De hecho, pudo vivir en un estadio su propio derbi, el ‘Derbi de Berlusconi’, entre el Monza y el Milan. La nostalgia de lo que fue con un gigante y la ilusión de lo que podía llegar a ser con un modesto se miraron a los ojos. Los bonitos recuerdos de una época pasada plagada de éxitos y los sueños de futuro convergieron en un choque de once contra once que tuvo un espectador especial en la grada.
Este Monza, que fue su nuevo Milan, le regaló una gran primera campaña finalizando undécimo en su estreno histórico en la Serie A. Berlusconi siempre quiso más y mantuvo hasta el final su ambición. Lo dijo en el ascenso de su segundo hijo futbolístico en 2022. Apuntó al ‘Scudetto’ y a la ‘Champions’.
En la segunda campaña en la Serie A, el Monza finalizó duodécimo. En la tercera, el batacazo ha sido brutal. Solo 15 puntos que le colocan colista y acaban con el último sueño de Berlusconi.