En un duelo de alto voltaje, el Ministerio de Producción recibió a un grupo de viñateros en el Centro Cívico. El objetivo era batirse a duelo hasta morir con pañuelos para llorar y sonarse la nariz comprados en Brant.
Tema central del encuentro: el drama eterno del productor viñatero sanjuanino: “¡subsidios!…subsidios…subsidios!…no hay plata!”, resonó por todo el el ministerio de la producción.
La reunión fue presidida por Gustavo Fernández, ministro de Producción, Trabajo e Innovación, quien habría llegado con una sonrisa diplomática y una botella de agua para no tener que tomar vino del que producen los presentes. Lo acompañaban Alfredo Aciar, secretario de Coordinación para el Desarrollo Económico y experto en frases como “estamos analizando” y “esto es importante para nosotros”, y el mítico Juan Carlos Hidalgo, director de Desarrollo Vitivinícola, también conocido como “el que no se mancha con tinto”.
Por el lado de los viñateros, apareció Juan José Ramos, que no pidió la luna, pero dicen que necesitan créditos a tasa 0 o subsidios a pagar con el sistema TMN, es decir tarde, mal, y nunca. Ramos dice que los viñateros que la están pasando como uvas en vendimia, es decir, pisoteados.
El ministro, con reflejos dignos de un arquero de papi fútbol, le recordó que “hay líneas disponibles en la Agencia Fiduciaria San Juan”, también conocida como “la agencia donde los créditos maduran más lento que un vino patero”.
Y como si todo fuera poco, también se debatió el impacto de las desregulaciones del INV, ese organismo que solía controlar los vinos y que ahora, con las nuevas normativas nacionales, quedó más desregulado que parrillada en cumpleaños de vegano.
El tiroteo de lágrimas, mocos, y ojos rojos terminó con que las autoridades prometieron, como siempre, que están “analizando” el tema. Mientras tanto, los viñateros se fueron con lo mismo que trajeron: esperanza, y un presupuesto en coma alcohólico.