La propuesta tomó estado público luego de declaraciones del empresario mendocino Mauricio Badaloni, titular del grupo Andesmar y miembro del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina, quien deslizó que el sector privado podría liderar la ejecución de la obra vial clave que une ambas provincias.
En una entrevista con el diario El Sol, Badaloni planteó que el empresariado cuyano —tanto de Mendoza como de San Juan— podría conformar una alianza para financiar y ejecutar el proyecto, al margen de la intervención estatal. “Si los recursos públicos no alcanzan, es momento de que el sector privado tome la iniciativa”, afirmó. La idea es generar un esquema de financiamiento mediante un fideicomiso abierto, al que podrían aportar tanto empresas como ciudadanos interesados en participar.
El concepto no es ajeno al modelo de obra pública con participación empresarial que impulsa el gobierno mendocino: recientemente anunció que empezará a cobrar peajes en rutas nacionales que la provincia decidió arreglar por su cuenta ante la inacción del gobierno central. En ese caso, la inversión es íntegramente estatal, pero en la propuesta de Badaloni, el financiamiento provendría directamente del sector privado.
Repercusiones en San Juan
Desde la Unión Industrial de San Juan, el proyecto no generó rechazo. Por el contrario, el presidente de la entidad, Ricardo Palacios, consideró que “no es una mala idea” y reveló que el planteo ya forma parte de las conversaciones dentro del sector. Incluso sugirió que aquellas empresas que utilizan habitualmente la traza podrían comprometer aportes significativos para concretar la obra.
Palacios destacó además que el deterioro de la Ruta 40 representa una pérdida estratégica para San Juan, especialmente por su valor como vía de exportación hacia el Pacífico. “Nuestra provincia ha hecho más esfuerzos que Mendoza en este tramo, pero sin una coordinación, no hay forma de avanzar”, subrayó.
Una autopista demorada
El viejo anhelo de una autopista de doble vía entre San Juan y Mendoza ha sufrido postergaciones, paralizaciones y promesas incumplidas. Del lado mendocino, las obras apenas alcanzaron un 25% y están frenadas desde hace años. En el tramo sanjuanino, en cambio, se reactivó recientemente una parte del proyecto gracias a un convenio entre el gobierno local y el BID, que permitió retomar obras en la zona norte de la capital.
Mientras tanto, la crítica a la inacción de Vialidad Nacional escaló. El gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, calificó como “vergonzosa” la situación actual y avanzó en la asunción de tres rutas nacionales bajo gestión provincial. Para financiar su arreglo, implementará un sistema de peajes, modelo que ya genera interés en San Juan, particularmente entre transportistas y sectores vinculados a la construcción.
Un giro de timón
La idea de que el empresariado impulse y financie directamente una obra de semejante magnitud implica un cambio de paradigma. Badaloni sostiene que es tiempo de una nueva lógica público-privada. “Necesitamos reglas claras, números transparentes y compromiso. No se trata solo de negocios, se trata de futuro”, aseguró.
En un contexto de ajuste fiscal y escasa inversión nacional en infraestructura, la Ruta 40 podría transformarse en un símbolo de un nuevo modelo de desarrollo regional, impulsado no desde los despachos oficiales, sino desde las salas de directorio.