WASHINGTON.- El coordinador internacional de Vente Venezuela (VV), Pedro Urruchurtu, uno de los cinco opositores venezolanos que fueron rescatados de la sede diplomática argentina en Caracas, destacó el liderazgo del Gobierno y de la Cancillería argentina en el traumático proceso que tuvieron que enfrentar.
“Hubo una decisión firme de protegernos, y eso para nosotros fue importante porque fue lo que nos salvó la vida”, señaló, en un diálogo con periodistas luego de finalizada la conferencia de prensa de este sábado en Washington.
“La comunicación con las autoridades argentinas fue fluida mientras se estuvo con presencia en el terreno con diplomáticos argentinos. Cuando fueron expulsados, obviamente pasó ayer mucho más remota, directamente con Buenos Aires, pero siempre hubo una comunicación. Siempre hubo interés, siempre preguntaban por nuestra situación”, dijo ante una consulta de LA NACION.
“De hecho en uno de los momentos más críticos del asedio, había una enorme preocupación porque [las fuerzas chavistas] podían entrar a la residencia” en Caracas, dijo. “Ojalá pronto podamos ir a la Argentina. Nos encantaría. El Gobierno nos brindó asilo diplomático oficialmente después de que lo solicitamos, lo tenemos garantizado, así que esperamos ir allá a agradecerles en persona”, amplió.
“Con los argentinos hay gratitud, por todo, por el liderazgo por la determinación y por nuestra protección que empezó con la excanciller [Diana] Mondino y el presidente [Javier] Milei, y ahora con el canciller [Gerardo] Werthein”, dijo Urruchurtu. “Y le agradecemos la determinación de defender la libertad con tanta firmeza como lo hacen”, añadió.
En tanto, Claudia Macero, que de los cinco dirigentes fue la que primero pudo salir de la legación argentina en Caracas meses atrás, también destacó a LA NACION el diálogo “continuo, fluido y permanente” con las autoridades argentinas, incluso con Mondino y a través de Machado con Milei, hasta que el régimen expulsó a los diplomáticos y la residencia pasó a estar a cargo del gobierno brasileño. “Ellos tuvieron que salir en un día, hacer sus valijas e irse. Y ahí empezó nuestra relación con Brasil”, recordó.
“Nosotros recibimos muchos ‘no’ de distintas embajadas, y la Argentina jamás dudó en decir que sí. Nos buscaron, se hicieron cargo de mucho, y tengo que agradecer“, dijo Macero, que se mostró muy agradecida con Gabriel Volpi, el encargado de Negocios interino que estaba al mando de la embajada argentina en Caracas cuando fueron asilados los cinco dirigentes.
“Nos atendió el teléfono cuando ninguna otra persona nos atendió, durante unos días y unas horas muy intensas. Fue el único que nos dijo ‘Sí, vénganse’ y nos recibió con las puertas abiertas en la residencia de la Argentina. Y después agradecer al Gobierno que estuvo siempre conectado con nosotros”.
Macero contó que cuando se está en una situación cercana a la “detención o el secuestro”, como había amenazado el régimen chavista, “se llama a muchas embajadas o se hacen contactos que uno cree que pueden servir”, dijo. “Imagínate que te están persiguiendo, pues tú buscas meterte donde puedes, donde sientes que te pueden recibir”, relató.
“Lo único que puedo decir es que [mi salida] fue antes y que obviamente fue parte de un proceso en el que mucha gente participó. Y yo a esa gente le debo todo. Yo no puedo poner en riesgo a una persona que hizo lo que hizo, que se atrevió, y que en algunos casos la está pagando. Lo que sí puedo decir es que [el rescate] es una demostración de la debilidad del régimen porque pasó no una, sino dos veces. Y ni siquiera se enteraron“, explicó, en referencia a su caso y luego el de sus otros cuatro compañeros de asilo en condiciones dramáticas.