“Una Argentina hermosa contra el peor Brasil”, “para qué habló Raphinha” y “nos gritaban ‘Ole’ desde los 3 minutos”: futbolistas y referentes brasileros, a los pies de la Scaloneta

Algunos hablan del «baile del siglo». Otros de una «cachetada histórica» y hasta de «una Selección hermosa contra el peor Brasil de la historia». Lo cierto es que, más allá de la euforia que se vive en nuestro país, el triunfazo de la Selección Argentina frente a Brasil por las Eliminatorias al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026, se volvió debate nacional en la tierra del pentacampeón del mundo: «El baile más grande desde el 7-1 frente a Alemania».

El gran momento de la Scaloneta campeona del Mundo y bicampeona de América, parece haber sacado de quicio a los dirigidos por Dorival en la previa: «Les vamos a dar una paliza adentro de la cancha y si es necesario, también afuera«, había dicho Raphinha sentado junto al histórico Romario. Fue un efecto boomerang y, por estas horas, desde los estudios de televisión ubicados en San Pablo y en las redes sociales juegan tiro al blanco con la cara del futbolista del Barcelona .

Apenas había terminado el encuentro y el histórico Denilson, campeón del mundo con Brasil en el Mundial de Japón y Corea 2002, analizó el resultado para la red O’Globo, con el sabor de la derrota aún en la boca: «Me siento avergonzado, jugar un partido así, es vergonzoso para la hinchada, vergonzoso para la CBF, vergonzoso para los jugadores. Porque, desde el minuto 3, la hinchada argentina ya estaba gritando ‘ole’. Brasil estuvo sin tocar la pelota mucho tiempo. Un 4-1 con peso, merecido para Argentina», aseguró, en pleno campo de juego del Estadio Monumental.

Denilson aseguró que nunca vio tan superado al Scratch desde que tiene memoria: «Brasil se encontró con el gol porque Romero intenta salir jugando, Matheus Cunha presiona y hace el gol. Brasil no hizo más nada de ahí. No recuerdo un juego de la Selección, técnicamente y tácticamente, tan distante de su adversario.

La superioridad de los últimos años de los dirigidos por Scaloni es implacable: además de haberlo pasado en el historial, de los últimos cinco partidos jugados entre Argentina y Brasil, los de celeste y blanco se quedaron con cuatro triunfos y el otro encuentro fue suspendido y quedó como un 0-0 para la estadística. Para colmo, en ese trayecto, la Scaloneta se quedó dos veces con la Copa América, el Mundial de Qatar y la Finalísima.

Los analistas y ex jugadores de la Canarinha no pusieron excusas y hablaron de un equipo perdido que parece no haberse dado cuenta con quién estaban jugando: «Tenías enfrente al campeón del mundo».

En ese sentido fueron las palabras de Marcelinho Carioca, el histórico pateador de tiros libres que fue campeón del Mundial de Clubes con el Corinthians que apuntó directamente contra Raphinha: «Un jovencito que no hizo nada, que no tiene ninguna historia, ¿va a hablar mal contra los argentinos? ¡Usted está loco! ¿Sabe contra quién jugó hoy? La campeona del mundo, un equipo organizado, que trabaja la pelota, De Paul, Mac Allister, una calidad monstruosa y encima sin Messi», arrancó con tono alto el exmediocampista.

Marcelinho Carioca continuó sin piedad contra Raphinha: «Estuvo perdido, desequilibrado emocionalmente, no hizo nada, ni una gambeta. Brasil no creó nada, una vergüenza».

Hasta Felipe Melo, un provocador nato, desde su tradicional streaming reconoció la superioridad argentina: «Un equipo muy trabajado, felicitaciones», aseguró el ex Palmeiras, visiblemente golpeado.

Otro de los que hizo un crudo análisis fue Galvao Bueno, el presentador y locutor que acompaña por todo el mundo a la Verdeamarela desde hace más de 40 años.

Anoche, al final de su comentario en la televisión brasilera, Bueno pedía que «ojalá los dioses del fútbol miren con cariño» a la selección brasilera.

Pero, esta mañana, cuando se levantó reflexionó y decidió retroceder sobre sus palabras de lo que catalogó como «un baile histórico». Galvao siguió así: «No había manera de que nos miren con cariño. Cubrí durante 40 años a la Selección: sacando aquel 7-1 de la semifinal de 2014, nunca vi a la Selección jugar tan mal«.

«Es muy simple hablar del partido, de un lado un equipo bicampeón de la Copa América, campeón del mundo; sin dos de su delanteros titulares, Messi y Lautaro, pero bien entrenado, aplicado en cada jugada, con mucha intensidad, con excelentes mediocampistas, una buena defensa, con excelentes delanteros».

«Del otro lado…», siguió Bueno y abrió un paréntesis: «Disculpe, Dorival, no me gusta pedir la cabeza del técnico…«, entonces continuó: «Pero del otro lado era un rejunte: un jugador de aquí, otro de allá, con otro de acá y sin hacer nada. La defensa: un horror. El medio campo, una vez más, y fuera de Gerson que juega en Flamengo, todos los jugadores del mediocampo que juegan en Brasil juegan en equipos chicos o medianos. Esto nunca pasó en la historia del fútbol brasilero. Y en la delantera, nadie resolvió nada».

Bueno cayó contra el Chapulín Romario que le tiró la lengua futbolista del Barcelona para que declarara en contra de la selección: «Cuál era la ventaja, Romario, de hablar antes del partido. Cuál era la ventaja, Raphinha, de declarar contra los argentinos?».

«Se creó todo un clima: de un lado, una hermosa Selección de fútbol; del otro lado, el peor equipo brasilero desde el 7-1 contra Alemania».

Galvao Bueno cerró pidiendo el puesto del DT: «No me gusta pedir la cabeza del técnico y siempre me gustó el trabajo de Dorival, pero a un año de la Copa del Mundo, no se puede seguir así».