un video muestra cómo se alertó al servicio secreto sobre el tirador minutos antes de que disparara

Continúa el estupor en Estados Unidos por el atentado al ex presidente y actual candidato al mismo cargo, Donald Trump, durante una gira en Pensilvania. El candidato republicano hablaba a su público en la localidad de Butler, y minutos después de las seis de la tarde del sábado se refería a asuntos de inmigración. Mostraba un gráfico de barra, y curiosamente preguntaba a los congregados si querían oír «algo triste» cuando de repente se escucharon disparos, al menos cinco. Lo que sucedió en esos instantes además de los tiros es terreno de conjeturas, y un video difundido el domingo muestra cómo simpatizantes de Trump habían ya divisado al tirador y avisado a la seguridad del evento.

Agentes del Servicio Secreto rodearon a Trump, que cayó al suelo y se recompuso en cuestión de segundos. Cuando se reincorporó, levantó un puño y arengó a sus seguidores, que veían a su oreja izquierda sangrar: allí le dio uno de los disparos. «Sentí la bala rozar la carne», dijo posteriormente. Para entonces, el tirador que intentó asesinarlo ya había sido abatido. Ahora bien, lo que los americanos de a pie y también muchos funcionarios se preguntan es cómo pudo ocurrir tal brecha en la custodia.

En las horas posteriores, toda clase de hipótesis proliferaron. Algunos asistentes del mitín republicano declararon ante las autoridades y la prensa haber divisado a un tirador sobre el tejado de un galpón cercano; este domingo se difundió un video. En el centro de la pantalla: «Mucho tiempo y oportunidades para eliminar la amenaza». El contexto: de fondo, el discurso de Trump; detrás de foco, un hombre que le habla a una mujer. «Está justo ahí, ¿lo ves? Recostado sobre el techo», dice el hombre del video.

En el foco: delante, algunos adultos miran hacia un tejado atentamente, a 150 metros de donde Trump estaba hablando; emerge el dedo del filmador, que señala lo que discierne como un hombre boca abajo con un fusil. El epígrafe que acompaña el video: «El video del asesino de Trump (sic) lo muestra arrastrándose por el techo mientras varias personas lo señalan a la policía. Le gritaron por casi un minuto entero. Es una locura cómo el Servicio Secreto permitió que este aficionado casi matara a Trump», señaló el usuario de X @DC_Draino.

Tan pronto como se viralizó el video, se esparcieron teorías con distintos asideros, algunos de ellos de corte conspiranoico. En 4Chan, una plataforma para compartir posteos de forma anónima, relacionado frecuentemente con la subcultura y las teorías conspirativas, eso que denuncia el video fue un caldo de cultivo.

Un posteo con varias repercusiones: «Mi nombre es Jonathan Willis. Soy el oficial que aparece en la famosa foto de dos francotiradores en el tejado durante el mitín de Trump, y quien avisó al público que tuvo apuntado en su mira al asesino durante al menos tres minutos, pero el jefe del Servicio Secreto se negó a dar la orden de eliminar al tirador. En un 100 % la cúpula me impidió matar al tirador antes de que éste tire a Trump».

Sin embargo, no hay certeza de que quien escribió y/o publicó ese mensaje en 4Chan fue, fehacientemente, el tirador del Servicio Secreto. La agencia de noticias española EFE va un paso más allá: además de sindicar que 4Chan es territorio de teorías conspirativas, expresa que no hay nada que pueda probar que el autor del posteo sea Jonathan Willis, y que éste sea un agente del Servicio Secreto, y que de serlo, haya sido el de la foto; y más aún, poco puede probarse sobre que el Servicio Secreto realmente haya estado en conocimiento de un alarma lanzada por algún policía u oficial de otra fuerza sobre el avistamiento de un francotirador.

En el atentado que perpetró Thomas Matthew Crooks sí mató a una persona, un espectador: Corey Comperatore, un bombero de Pensilvania, de 50 años. Luego de abatir a Crooks, el FBI y otras agencias de seguridad de los Estados Unidos pudieron precisar que el tirador dejó plantado en su auto (el que usó para llegar hasta el mitín republicano) material para fabricar bombas.

Tenía, hasta momentos luego de atentar contra Trump, 20 años y un rifle AR15, especial para ese tipo de cometidos. Vivía en Bethel Park, a casi una hora del lugar del atentado. No tenía antecedentes penales y era un bocho en matemática. Todo lo demás es aún materia de investigación.

Este lunes, la directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, brindó una entrevista al canal ABC, en la cual asumió su la responsabilidad por el atentado Trump, pero también afirmó que se mantendrá en el cargo, a pesar de las múltiples críticas.

«Asumo la responsabilidad. Yo soy la directora del Servicio Secreto, y tengo que asegurar que realizamos una investigación y que damos recursos a nuestro personal cuando sea necesario», dijo Cheatle. A su vez, comentó que el Servicio Secreto se encuentra trabajando con las agencias federales, estatales y locales en la investigación del atentado y afirmó que será parte de la investigación que impulsó por el presidente norteamericano actual, Joe Biden.

Cuando se le consultó por el estado de la investigación, dijo que las autoridades locales estaban encargadas de asegurar el edificio fuera del perímetro de seguridad desde cuyo tejado disparó el sospechoso, Thomas Matthew Crooks, y confirmó que la policía de Butler estaba dentro del edificio mientras este estaba en el tejado.

Asimismo, aseguró que el Servicio Secreto reforzó los escoltas de Donald Trump durante junio y que, tras el atentado del sábado, hubo cambios para poder garantizar su protección durante la convención de Milwaukee, en la que se hizo oficial este lunes su candidatura y también el nombre de su candidato a viceprensidente, y también durante el resto de la campaña.