Desde que descendió por la escalera mecánica dorada al comienzo de su primera campaña presidencial, Donald Trump no había hecho una entrada tan memorable como la del lunes por la noche en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee.
Fue la primera vez que apareció en público desde que agentes del Servicio Secreto lo sacaron a toda prisa de un escenario en el oeste de Pensilvania 48 horas antes, sangrando por la oreja después de recibir un disparo de un posible asesino.
Una venda de gasa le cubría la oreja y su lento y decidido paseo por el salón de convenciones fue filmado al estilo de un boxeador entrando a una arena.
Justo cuando había pronunciado “luchar” en el momento posterior al intento de asesinato, los delegados en la sala corearon “¡luchar! ¡luchar! ¡luchar!»
El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, aparece con el candidato a vicepresidente JD Vance, republicano por Ohio, durante la Convención Nacional Republicana, el lunes 15 de julio de 2024, en Milwaukee. (Foto AP/Julia Nikhinson)Pero Trump no parecía estar de humor para pelear.
Gestos
No hubo sonrisas traviesas, ceños fruncidos practicados, movimientos al ritmo de la “gente del pueblo” ni ninguna de las otras características distintivas de una actuación típica de Trump.
Había algo apagado en la forma en que apretó el puño y levantó el pulgar.
Lee Greenwood interpretó “God Bless the U.S.A.” y los ojos del hijo de Trump, Donald Trump Jr., se llenaron de lágrimas.
Donald Trump tomó asiento, rodeado de su familia y junto a su recién nombrado compañero de fórmula, el senador JD Vance de Ohio.
El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, aparece durante la Convención Nacional Republicana, el lunes 15 de julio de 2024, en Milwaukee. (Foto AP/Julia Nikhinson)Trump parecía abrumado por la enormidad de todo esto.
¿Fue esto solo una hábil coreografía de convención del consumado showman, o todo se estaba asimilando?
Como había dicho en una de sus primeras entrevistas después del tiroteo:
“Se supone que no debo estar aquí. Se supone que estoy muerto”.
Este no es un hombre conocido por exhibiciones abiertas de vulnerabilidad o suavidad.
A menudo se burla de esos signos de debilidad en los demás.
Las actuaciones públicas de Trump suelen variar desde la ira hasta la comedia.
Quienes lo conocen bien vieron algo en el momento.
“Vi a un hombre que sabe que tiene una segunda oportunidad de vida”, dijo Kellyanne Conway en Fox News después de que terminó la visita de Trump.
Cuando los aplausos disminuyeron, Trump se instaló durante más de una hora.
Escuchó a una artista y personalidad de Internet, Amber Rose, hablar sobre cómo encontró un hogar en el Partido Republicano.
“Esta es mi gente. Aquí es donde pertenezco”, dijo.
c.2024 The New York Times Company