Es una noticia muy celebrada por las tenistas y por el mundo del deporte en general. Un anuncio que se venía postergando y es histórico, sin dudas. Mientras se disputan las primeras rondas del WTA 1000 de Indian Wells, el Fondo de Inversión Público (PIF) de Arabia Saudita y la Asociación del Tenis Femenino comunicaron que financiarán «hasta 12 meses» de baja por maternidad para las jugadoras del circuito. Gracias a este programa, serán elegibles «más de 320 jugadoras», indica el comunicado.
Son muchas las tenistas que volvieron al circuito tras ser madres. Resalta en el recuerdo el caso de la belga Kim Clijsters, quien regresó a la actividad en 2009 luego de dos años y medio fuera de los courts y en su tercer torneo se consagró campeona del US Open. Luego, defendió el título la temporada siguiente y se alzó con el trofeo del Abierto de Australia en 2011. Algo similar sucedió con Serena Williams, finalista de cuatro Grand Slams tras dar a luz a su primera hija. Sin embargo, la mayoría de los antecedentes muestran lo contrario. Algo lógico, por cierto.
Naomi Osaka, por ejemplo, aún no logró volver a ser aquella que explotó al conquistar cuatro Majors en cuatro temporadas consecutivas entre 2018 y 2021 y que alcanzó la cima del ranking con apenas 21 años. Victoria Azarenka, por su parte, generó un impacto al eliminar a Serena en semifinales de Flushing Meadows en 2020 y volver a una final «grande» siete años después, pero las pasó difíciles durante aquel tiempo, ya que debió librar una batalla legal por la custodia de su hijo que la alejó del circuito.
El de la bielorrusa, otra ex campeona de Grand Slam -ganó Australia en 2012 y 2013- y número uno del mundo, es uno de los tantos casos que muestra cómo a las tenistas se les dificulta la tarea de encontrar un equilibrio que les permita seguir con sus carreras y al mismo tiempo disfrutar de la maternidad. Por falta de enfoque, dado que en sus vidas aparece algo más importante a lo que atender, por la dificultad de volver a buen nivel tras una larga inactividad o hasta debido a una lógica cuestión física. Por eso, el reciente anuncio les da otro aire y les permite afrontar de mejor manera un momento tan especial.
Justamente Azarenka, quien superó a la estadounidense Clervie Ngounoue por 6-4 y 7-6 en su debut en Indian Wells y busca cortar una racha de más de cuatro años sin títulos, celebró la noticia. «Esto marca el comienzo de un cambio significativo en la forma en que apoyamos a las mujeres en el tenis, lo que facilita que las atletas persigan tanto sus carreras como sus aspiraciones de formar una familia», expresó Vika, citada en el comunicado en calidad de representante del Consejo de Jugadoras de la WTA.
Además de apoyo financiero, el fondo saudí, que en mayo del año pasado fue oficializado como socio global de la WTA, financiará los tratamientos contra la infertilidad. Para la presidenta de la entidad, la ejecutiva estadounidense Portia Archer, esta iniciativa brindará a la generación actual de jugadoras y a las siguientes el apoyo y la flexibilidad necesarias para formar una familia.
«Trabajo mucho, me entreno e intento ser la mejor atleta posible. Pero esto también significa que, aunque hasta ahora pasé con mi hija todos los días de su vida, no pueda estar con ella tanto como me gustaría», escribió Serena Williams en su cuenta de Instagram cuando regresaba al tour, allá por 2018.
Y reveló que por aquel entonces enfrentaba dificultades emocionales post-parto que afectaban su rendimiento dentro de la cancha. «La semana pasada no fue fácil para mí. Estaba melancólica y sobre todo sentía que no estaba siendo una buena madre. Después de hablar con mi mamá, mis hermanas y mis amigos, entiendo que es totalmente normal sentirme como si no estuviera haciendo lo suficiente por mi bebé», se sinceró la ganadora de 23 Grand Slams, que venía de sufrir la peor derrota de su carrera: un 6-1 y 6-0 en 51 minutos ante Johanna Konta en San José.
Ahora, la situación cambia. El apoyo financiero por 12 meses se suma a la posibilidad que tienen las jugadoras de utilizar el ranking protegido, que desde 2019 contempla al embarazo como una circunstancia específica y diferente, no como una lesión. Pueden activar ese ranking especial durante tres años desde la fecha del parto (antes era un año) y utilizarlo en 12 torneos (en lugar de ocho). Y se respeta -si le corresponde por su ubicación- su condición de cabeza de serie, algo que no ocurre en caso de lesión.
Con estos cambios, el regreso al circuito no es apurado, sino que permite respetar los tiempos de cada jugadora. Pese a las críticas de algunas figuras del tenis por los derechos de las mujeres en el Arabia Saudita, el fondo saudí se decidió a invertir en el tenis femenino en los últimos años, organiza desde el año pasado las WTA Finals en Riad femenino y ahora promovió un anuncio esperado por las jugadoras. Y, sobre todo, muy necesario para muchas de ellas.