Un documento de Unicef -la agencia de la ONU destinada a la niñez- concluyó que, luego de un ajuste en 2024, el presupuesto oficial destinado por el Gobierno para proteger a los niños y adolescentes creció 15% real -por encima de la inflación- en los primeros cinco meses de 2025 y alcanzó los $5,4 billones. Esto seguiría impulsando una baja de la pobreza infantil, que Unicef estima que estaría en un 47,8% en el primer semestre de 2025, lo que implicaría una baja de casi cinco puntos frente al semestre anterior.
La pobreza tanto por ingresos como la multidimensional -que identifica la vulnerabilidad de derechos- mejoró a fines de 2024 frente a 2023, pese al ajuste que impulsó en el gasto estatal el gobierno de Javier Milei.
“Durante los primeros cinco meses de 2025, el presupuesto ejecutado para políticas dirigidas a la niñez alcanzó los $5,4 billones, lo que implica un incremento real del 15% respecto al mismo período de 2024″, estimó el documento Análisis del presupuesto 2025 con foco en niños, niñas y adolescentes, elaborado por el equipo de Unicef que lidera el economista y especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Unicef Argentina, Sebastián Waisgrais.
Este aumento se explica fundamentalmente por el crecimiento del presupuesto asignado a políticas de protección de ingresos para la niñez: AUH-AUE (+34%), asignaciones familiares contributivas (+12%), pensiones para madres de siete o más hijos (+20%) y transferencias por complemento nutricional del Plan 1000 días (+308%), explicó Unicef.
“Con excepción de la AUH-AUE, priorizada desde el inicio de la actual gestión, los aumentos reflejan en parte una baja base de comparación interanual”, explicaron, no obstante. Se trata de una aclaración importante, porque, en 2024, el presupuesto destinado a la niñez había ascendido a $9,25 billones, una reducción real del 18% respecto del presupuesto ejecutado en 2023, equivalente a una contracción de 0,24 puntos porcentuales del PBI. Esta caída se sumó a las contracciones de 17% y 1,8% registradas en 2023 y 2022, durante el período de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el poder.
En ese sentido, el crecimiento de este año parece más bien una rápida recuperación de lo perdido el año pasado para los más chicos. Pero esa recuperación, según indican los mismos números que presentó Unicef sobre pobreza infantil, ya se habían empezado a sentir a fin de 2024 y -proyectan- ya tienen un fuerte impacto.
En el segundo semestre de 2024, el 52,7% de las niñas y los niños en la Argentina vivía en hogares cuyos ingresos no alcanzaban a cubrir el valor de la canasta básica total, lo que equivale a 6,4 millones de niñas y niños en situación de pobreza monetaria. De ese total, 1,5 millones (el 12,3%) se encontraban por debajo de la línea de indigencia, estimó en otro documento llamado Pobreza monetaria y privaciones vinculadas a derechos en niños y niñas, que elaboró en paralelo la oficina de la ONU.
“Estas cifras marcan una caída significativa si se comparan con el segundo semestre de 2023 (58,5%), así como respecto del pico en el primer semestre de 2024, y devuelven las tasas a niveles similares a los de 2019, antes de la pandemia”, estimaron en Unicef.
El análisis multidimensional -que cruza pobreza por ingresos y privaciones no monetarias- indicó que el grupo de niños en situación de privación doble (monetaria y no monetaria) se redujo de un 32,4% en 2023 a un 28,6% en 2024. “Como contracara, la proporción de niños que no se encuentran afectados por ninguna forma de pobreza creció de 29,9% a 33,8%”, alertaron. Sin embargo, este indicador mostró que el 66,2% niñas, niños y adolescentes viven en hogares con privaciones monetarias o no monetarias, frente al 70,1% de 2023.
“Tras una caída real del 18% en el presupuesto nacional destinado a la niñez en 2024 respecto de 2023, lo que implicó una reducción de 0,24 puntos del PIB, durante los primeros cinco meses de 2025 se registra una tendencia positiva, con un aumento real del 15% en relación con el mismo período del año anterior”, dijo Waisgrais a LA NACION.
Según Unicef, el ajuste de 2024 se dio en un proceso de consolidación fiscal que implicó un ajuste de 4,4 puntos porcentuales del PIB en el gasto total de la Administración Pública Nacional (APN), lo que elevó la participación del presupuesto de niñez del 9,3% al 10,3%. “La contracción afectó transversalmente a programas nacionales de los sectores educativo, de salud y de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, tanto por reducciones en los presupuestos como por bajos niveles de ejecución”, indicaron en la oficina de la ONU.
Unicef destacó, entre las políticas de protección de ingresos, el fortalecimiento de la AUH-AUE, cuyo presupuesto creció un 50% frente a 2023, “permitiendo aumentos en los montos de las prestaciones y el sostenimiento de la movilidad mensual desde junio de 2024. También aumentó el financiamiento para la seguridad alimentaria en la primera infancia: “Las acciones de nutrición del Programa 1000 días implementadas por Anses crecieron un 245% respecto de lo devengado en 2023. En contraposición, las asignaciones familiares contributivas y la Prestación Alimentar se redujeron en términos reales un 17% y 14%, respectivamente. Cabe destacar que desde octubre de 2024 la Prestación Alimentar amplió su cobertura para incluir a adolescentes de entre 15 y 17 años que perciben la AUH».
En los primeros cinco meses de 2025, algunos de los planes mejoraron. “Este aumento se explica fundamentalmente por el crecimiento del presupuesto asignado a políticas de protección de ingresos para la niñez: AUH-AUE (+34%), asignaciones familiares contributivas (+12%), pensiones para madres de siete o más hijos (+20%) y transferencias por complemento nutricional del Plan 1000 días (+308%). Con excepción de la AUH-AUE, priorizada desde el inicio de la actual gestión, los aumentos reflejan en parte una baja base de comparación interanual. En sentido contrario, la Prestación Alimentar se contrajo un 18%”, dijo Unicef.
Respecto a la protección de derechos, las acciones del programa de Promoción y Protección Integral de los Derechos de Niños y Adolescentes -incluyendo el acompañamiento para el egreso de jóvenes sin cuidados parentales y la Ley Brisa- “mostraron una recuperación del 4%”. En cambio, el presupuesto para las Políticas Federales para la Promoción de los Derechos de NNyA se redujo un 23%, al igual que el presupuesto de la Defensoría Nacional, que cayó un 17%.
En cuanto a la primera infancia, el presupuesto mostró un alza significativa del 252% en los primeros cinco meses de 2025.
Waisgrais destacó que en el segundo semestre de 2024, la pobreza infantil fue del 52,7% (6,4 millones de chicos), marcando una caída interanual de seis puntos. “Las estimaciones de pobreza por ingresos para el primer semestre 2025 muestran una continuidad de la tendencia a la baja, ubicando a la pobreza infantil en un 47,8% (5,7 millones de niños). Esta tendencia descendente se explica, básicamente, porque persiste la estabilidad inflacionaria, los valores de las canastas de pobreza aumentaron por debajo de la inflación y los ingresos laborales, sobre todo en el caso de los trabajadores no registrados, vienen creciendo por encima de la inflación. Lo mismo ocurre con los ingresos no laborales, sobre todo AUH”, indicó el especialista.
“Hay que tener en cuenta que persisten desafíos”, dijo, no obstante. “Fundamentalmente, con relación a un 8% de chicos que están solamente un 15% por arriba de la línea de pobreza y que frente a cualquier shock pueden volver a caer en la pobreza. Además, hay situaciones desiguales con relación a diversos grupos, como aquellos con clima educativo muy bajo, o ubicados en barrios populares”, alertó.
“También hay que tener en cuenta que persisten desafíos estructurales, que no son de corto plazo, con relación a aquellas privaciones que van más allá de los ingresos, como la falta de una vivienda adecuada, acceso a la educación, entre otros, y que a diferencia de lo monetario, si bien muestran una leve tendencia a la baja comparado con el inicio de la serie en 2017, en los últimos años se han estancado y requieren de otro tipo de políticas”, cerró el especialista de la oficina argentina de Unicef.