ESTAMBUL.- Un piloto de la compañía aérea turca Turkish Airlines falleció este miércoles en pleno vuelo tras sufrir una descompensación, lo que llevó al avión a aterrizar de urgencia en Nueva York, según informó la aerolínea.
La aeronave, que partió el martes por la noche de Seattle, en la costa oeste de Estados Unidos, se dirigía a la ciudad turca de Estambul, indicó en X el portavoz de Turkish Airlines, Yahya Ustun.
El vocero de la empresa explicó que el capitán piloto Districthin Pehlivan del avión Airbus 350 con matrícula de cola TC-LGR se desmayó durante el vuelo. “Cuando la primera intervención médica practicada a nuestro capitán en el avión no fue concluyente, el equipo de cabina formado por un capitán y un copiloto decidió realizar un aterrizaje de emergencia, pero falleció antes de aterrizar”, indicó.
La compañía destacó que Pehlivan trabajaba en Turkish Airlines desde 2007 y tenía 59 años. “El 3 de marzo de 2024 se realizó un examen de salud en el Centro Médico de Aviación autorizado por la Dirección General de Aviación Civil y no se detectaron problemas de salud que pudieran afectarlo o impedirle trabajar”, precisaron.
“Como familia de Turkish Airlines, deseamos la misericordia de Dios para nuestro capitán y paciencia para todos sus colegas y seres queridos, especialmente para su afligida familia”, concluyeron.
Como con cada cosa que sucede en los aviones, el fallecimiento de alguno de sus pasajeros o tripulantes tiene un protocolo especial a realizar que cuenta con una serie de pasos a seguir. Dan Bubb -que fue piloto comercial en Estados Unidos- explicó al medio News Week cómo actuar en caso de alguna contingencia, y aseguró que tanto los pilotos como los tripulantes de cabina están entrenados para resolver cualquier imprevisto.
La tripulación sólo está capacitada para dar primeros auxilios, por lo que en caso de un cuadro grave deberían hacer un aterrizaje de emergencia en la parada más próxima, tal como ocurrió con la muerte de Pehlivan.
Por otro lado, Bubb recalcó que lo primero que la tripulación hace caso de fallecimiento de alguien a bordo es mover el cuerpo a un compartimento especial, tratando de generar el menor disturbio posible entre el resto de viajeros: “Si un pasajero muere, será retirado discretamente del cuerpo central del avión y, para evitar perturbar a otros pasajeros, la tripulación no informará a los pasajeros que un pasajero ha muerto”, comentó. En caso de que la aeronave no cuente con esta cabina especial para fallecidos, los asistentes de vuelo deberán cubrir el cuerpo, dejarlo en su asiente y ponerle el cinturón de seguridad.
Con información de AFP
LA NACION