WASHINGTON.– Según medios norteamericanos, se espera que Donald Trump elija como próximo secretario del Tesoro a Scott Bessent, un financista de 62 años que tuvo poca presencia en la primera administración del magnate.
El cargo de secretario del Tesoro es uno de los más importantes del gabinete, ya que supervisa la política financiera y económica del país. Como tal, es una de las funciones clave que siguen de cerca los inversores mundiales y Wall Street.
Bessent, que alguna vez sirvió como lugarteniente principal de George Soros, emergió durante el último año como un asesor confiable que puede traducir los instintos comerciales populistas de Trump de una manera aceptable para Wall Street y los mercados financieros.
Trump aún no ha hecho formalmente el anuncio y sus asesores advirtieron que ningún anuncio es definitivo hasta que se publique una declaración.
Como el funcionario económico más importante del presidente, se espera que Bessent desempeñe un papel crucial en la supervisión de una amplia cartera que abarcará el comercio internacional, los impuestos, la regulación financiera y las sanciones norteamericanas, si es confirmado.
Personas cercanas al proceso de transición dijeron que Bessent atrajo a Trump en parte al confirmar las predicciones negativas sobre el impacto económico de una victoria demócrata en las elecciones de noviembre. Bessent también organizó una recaudación de fondos anticipada durante las primarias republicanas para el presidente electo en Carolina del Sur, cuando Trump buscaba vencer a Nikki Haley en su estado natal, y apareció en eventos a lo largo de la campaña de Trump.
“Creo que tengo a uno de los hombres más brillantes de Wall Street aquí”, dijo Trump sobre Bessent durante un mitin en Carolina del Norte en agosto. Agregó: “¿Es un candidato central? Es un candidato central”.
Después del discurso de Trump en el Club Económico de Nueva York en septiembre, Bessent elogió la “clase magistral” de Trump y llamó a la vicepresidenta Kamala Harris una “analfabeta económica”.
La elección de Trump probablemente suponga un alivio inmediato para Wall Street. Desde el día de las elecciones, numerosos ejecutivos de la industria financiera han dicho a los funcionarios de Trump que quieren ver a Bessent en el cargo, en parte por temor a que Trump elija al halcón comercial Bob Lighthizer, según otras dos personas familiarizadas con el asunto, que también hablaron bajo condición de anonimato para reflejar conversaciones privadas. Bessent ha defendido la retórica comercial de Trump, pero se considera menos probable que implemente algunos de los aranceles altísimos a otros países que Trump exigió durante su primer mandato. El primer secretario del Tesoro de Trump, Steven Mnuchin, ejerció una enorme influencia durante su primera administración, y también ayudó a limitar el alcance de los planes arancelarios de Trump.
Pero algunos de los planes económicos de Trump son contradictorios o, de implementarse, podrían tener consecuencias perjudiciales. Bessent, por ejemplo, ha elogiado a Trump por sus promesas de “poner en orden nuestras finanzas”, pero Trump también ha pedido más de 7 billones de dólares en recortes de impuestos, lo que aumentará significativamente el desequilibrio fiscal del país. Trump también ha prometido aranceles de hasta el 20 por ciento a todos los socios comerciales de Estados Unidos, lo que podría reavivar la inflación y conducir a una contracción del mercado de valores.
“El secretario del Tesoro es el principal vocero económico del gobierno. Eso significa que tendrá que defender las políticas presupuestarias mal concebidas y sumamente derrochadoras de Trump y los aranceles proteccionistas, que dañarán el sistema de comercio internacional”, dijo Mark Sobel, quien trabajó en el Departamento del Tesoro durante más de tres décadas.
Bessent, oriundo de Carolina del Sur, estudió en Yale antes de incorporarse a Soros Fund Management en 1991. Bessent llegó a dirigir la oficina de Londres de la firma de Soros a los 29 años, uniéndose al equipo que hizo una fortuna vendiendo en corto la libra esterlina en 1992, lo que contribuyó al colapso de la moneda. En 2016, lanzó Key Square Group con un capital de 4500 millones de dólares.
Diario The Washington Post y agencia AP