WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves el memorándum del plan que impone aumentar los aranceles para igualarlos a los impuestos que otros países que cobran por importaciones, lo que desatará un enfrentamiento económico en su afán por eliminar los desbalances comerciales.
“Decidí, por el principio de la igualdad, que voy a cobrar un arancel recíproco”, declaró Trump en el Salón Oval. “Es justo para todos. Ningún otro país se puede quejar”. El objetivo del decreto es castigar a los países que imponen impuestos a los productos estadounidenses y abordar así lo Trump que considera prácticas comerciales desleales.
“Si nos imponen un arancel o un impuesto, nosotros les imponemos exactamente el mismo nivel de arancel o impuesto, es así de sencillo”, afirmó el mandatario republicano en la Casa Blanca. Los aliados de Estados Unidos suelen ser “peores que nuestros enemigos” a nivel comercial, añadió.
Trump reconoció que “los precios podrían subir” como consecuencia de los “aranceles recíprocos” que impone a aliados y adversarios del país, pero “no necesariamente”. El presidente espera que los precios terminen bajando en un tiempo, afirmó durante la firma de un documento con consignas para llevar a cabo su política arancelaria. También anunció que se aplicarán a aranceles al acero, productos farmacéuticos y automóviles, y apuntó contra la Unión Europea (UE) por ser “brutal” en materia comercial.
La política de aranceles podría volverse en contra de Trump si finalmente elevara la inflación y frenara el crecimiento de Estados Unidos, lo que podría convertirse en una apuesta de alto riesgo para el presidente.
Los aumentos de aranceles se personalizarían para cada país con el objetivo parcial de iniciar nuevas negociaciones comerciales. Pero otras naciones también podrían sentir la necesidad de responder con sus propios aumentos de aranceles sobre productos estadounidenses. Como resultado, Trump podría necesitar encontrar formas de asegurar a los consumidores y empresas que el crecimiento contrarrestará cualquier incertidumbre derivada de las posibles repercusiones de sus aranceles.
La proclamación de Trump identifica los impuestos sobre el valor añadido -que son similares a los impuestos sobre las ventas y son comunes en la UE- como una barrera comercial que debe incluirse en cualquier cálculo de aranceles recíprocos, según un alto funcionario de la Casa Blanca que insistió en el anonimato para adelantar los detalles en una llamada con periodistas.
Las tasas de aranceles de otros países, los subsidios a las industrias, las regulaciones y la posible subvaluación de las monedas estarían entre los factores que la administración Trump utilizaría para evaluar los aranceles.
El funcionario dijo que se espera que los ingresos por aranceles ayuden a equilibrar el déficit presupuestario proyectado de 1,9 billones de dólares. También mencionó que las revisiones necesarias para los aranceles podrían completarse en cuestión de semanas o unos pocos meses.
La UE, Canadá y México tienen medidas de represalia listas para infligir dolor económico a Estados Unidos en respuesta a las acciones de Trump, mientras que China ya ha tomado medidas de represalia con sus propios aranceles sobre la energía estadounidense, maquinaria agrícola y automóviles de gran cilindrada, así como una investigación antimonopolio de Google.
El plan de Trump trata de nivelar las tarifas aduaneras, lo cual asesta un fuerte revés a algunos países emergentes, como Brasil o Tailandia, que imponen aranceles altos para proteger sus respectivas economías.
A modo de ejemplo, la India, cuyo primer ministro Narendra Modi estará a la Casa Blanca este jueves, aplica un arancel del 25% a los automóviles estadounidenses, lo que significaría que Estados Unidos podría hacer lo mismo con los indios.
Trump ya anunció aranceles adicionales del 10% sobre los productos chinos y el del 25% sobre el aluminio y el acero, una política económica agresiva bajo el lema “Estados Unidos primero”.
Los aranceles sobre estos dos metales afectan a numerosos países en América Latina, sobre todo a Brasil, México y la Argentina.
Los posibles aumentos de impuestos sobre importaciones y exportaciones podrían ser grandes en comparación con los aranceles relativamente modestos que Trump impuso durante su primer mandato. El comercio de bienes entre Europa y Estados Unidos casi alcanzó los 1,3 billones de dólares el año pasado, con Estados Unidos exportando 267.000 millones de dólares menos de lo que importa, según la Oficina del Censo.
Agencias AP y AFP