PYONGYANG.- El plan de Corea del Norte para modernizar su Armada sufrió un vergonzoso revés a finales del mes pasado, cuando un nuevo buque de guerra zozobró durante su botadura. Para que el buque volviera a flotar, los ingenieros, bajo el mantra de vida o muerte de su líder, Kim Jong-un, recurrieron a una solución anticuada.
A falta de maquinaria para levantar fácilmente el barco de 5000 toneladas, un destructor de clase Choe Hyun, utilizaron grandes globos y desplegaron cientos de trabajadores, según analistas e imágenes satelitales.
El jueves, dos semanas después del accidente, el buque de 145 metros de eslora fue visible en posición vertical en el puerto de Chongjin, en la costa noreste de Corea del Norte. Flotaba a unos 175 metros de la rampa donde no se había podido botar correctamente.