tiene una «visión limitada y estrecha del mundo»

Cuando Barack Obama subió el martes por la noche al escenario de la Convención Demócrata en Chicago comenzó su discurso del cierre de la jornada calificándose como “la única persona lo suficientemente estúpida como para hablar luego de Michelle Obama”. La audiencia festejó la ocurrencia, pero el ex presidente tenía razón: minutos antes, la ex primera dama había pronunciado un poderoso y articulado discurso en defensa de Kamala Harris, pero sobre todo el más feroz y filoso mensaje contra Donald Trump en esta reunión partidaria.

Hace varios meses, al criticar la salud de Joe Biden, los republicanos habían lanzado una campaña de rumores generalizada que afirmaba que Michelle reemplazaría a Biden. Nunca fue real, porque la ex primera dama ya ha dicho varias veces que no le interesa la presidencia.

Pero el discurso del martes a la noche demostró por qué Trump y su campaña estaban preocupados por enfrentarse con el fenómeno Michelle, que según las encuestas es la figura más popular del partido demócrata. Ella hechizó a la multitud que la escuchaba en el recinto y seguramente servirá para que millones de estadounidenses que la miraban por televisión salgan de sus casas y vayan a votar.

«Estados Unidos, la esperanza está de vuelta», dijo Michelle vestida de negro, con el pelo recogido y en medio de una estruendosa ovación, renovando el mensaje que fue eje de la campaña de Obama de 2008. «Algo maravillosamente mágico está en el aire. Es el contagioso poder de la esperanza».

Se sabe que a Michelle, que es abogada, no le gusta demasiado hacer campaña, aunque es una de las mejores espadas en cuestiones de oratoria. Pero pone el hombro cuando la situación del partido lo amerita.

Así, en un discurso de 20 minutos, cautivó a un estadio abarrotado y le dio poder de fuego a la campaña de Harris con grandes elogios a la candidata, pero sobre todo contra Trump, burlándose sin nombrarlo con fuertes ironías sobre sus comentarios pasados, sus antecedentes y su comportamiento.

«Durante años, Donald Trump hizo todo lo que estaba a su alcance para tratar de hacer que la gente nos temiera«, dijo sobre algunas falsas estrategias del magnate contra su familia, como por ejemplo cuando decía que Obama había nacido en Kenia.

La ex primera dama disparó luego: «Su visión limitada y estrecha del mundo lo hizo sentir amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, altamente educadas y exitosas que resulta que son negras», dijo con ironía, sin mencionar la palabra racismo.

«¿Quién le va a decir que el trabajo que busca puede ser uno de esos trabajos para negros?», dijo en alusión a que Trump acostumbra decir en sus actos que los inmigrantes quitan trabajos a los afroamericanos. La audiencia le respondió con un ensordecedor aplauso.

Elogió a Kamala, que viene de una familia de clase media y dijo que la vicepresidenta “entiende que a la mayoría de nosotros nunca se nos concederá la gracia de quebrar para salir adelante», en alusión a las frecuentes quiebras que Trump presentó en sus empresas para zafar de pagar impuestos, y llamó a esto «la acción afirmativa de la riqueza generacional».

Y aludió al origen de Trump, que nació en una familia rica de Queens. «Si vemos una montaña frente a nosotros, no esperamos que haya una escalera mecánica esperando para llevarnos a la cima», dijo.

«Ir a lo pequeño es mezquino, no es saludable y, francamente, no es presidencial», dijo a una audiencia embelesada, que estaba de pie, pendiente de cada una de sus palabras. «Es la misma estafa de siempre: redoblar las mentiras feas, misóginas y racistas como sustituto de ideas y soluciones reales que realmente mejorarán la vida de las personas”.

Michelle advirtió que en estos días hasta el 5 de noviembre se viene una campaña muy dura, que incluirá mentiras sobre Harris. Y advirtió a los demócratas que hay que defenderse, invocando una frase de la madre de Harris, que una vez le dijo a su hija que no había que quedarse lamentando las injusticias sino que hay que luchar contra ellas. “Do something”, hacé algo, una idea que quedó sellada como un mantra.

“Si mienten sobre Kamala, y lo harán, tenemos que hacer algo«, dijo Michelle. Para cuando terminó de decirlo, la multitud ya gritaba enaredecida ante el llamado a la acción.