Con el éxito rotundo de las tarifas eléctricas, que convierten a cada comercio sanjuanino en un horno pizzero, la Cámara de Comercio local anunció su nuevo modelo de negocios: exportar cadáveres calcinados por electroshock a otras provincias.
En una emotiva reunión que mezcló lágrimas, insultos y promesas de sacrificios humanos a la diosa Luz y Fuerza, los comerciantes le rogaron al Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) que, por favor, les dejen al menos encender una lamparita de bajo consumo sin tener que hipotecar el alma, la casa y la bicicleta.
«Estamos pagando más de luz que de terapia psicológica», gritó un desesperado empresario, mientras otro calculaba si era más rentable iluminar el local a puro fuego de indigente.
Entre las propuestas delirantes que llevaron al EPRE, destacaron:
- Aplanar tarifas (literalmente: pisarlas con un rodillo de asfalto).
- Diferir vencimientos (tipo «te pago cuando mi nieto sea grande»).
- Usar energía renovable, como atar una soga a la luna llena y rogar que ilumine gratis.
- Planes de pago (en cuotas de 600 meses, sin interés, pero con amenaza de embargo de órganos).
- Reconexión rápida tras cortes (máximo 24 horas o un embarazo, lo que ocurra primero).
Desde el EPRE, «analizar todo en profundidad». Presentes en la negociación estaban Hermes Rodríguez, Hipólito Orozco, Eduardo Maurín, Daniel Gauillez, Valentín Hernández y Javier Luna, conocidos ahora como «Los Vengadores de la Factura Impagable».
Se esperan nuevas reuniones. O quizá un suicidio colectivo con cables pelados. Lo que llegue primero.
 
															 
															 
															 
					 
							 
															
 
			
 
		 
		 
		