Dicen que la política local en Caucete tiene más cambios de bloque que un partido de fútbol. los concejales de Romina Rosas nos regalaron un giro digno de reality: suspenden a dos opositores bajo denuncias de extorsión, y al toque —magia— arman un bloque nuevo que bautizan con aire de optimismo grandilocuente: Vamos Caucete.
Lo que altera las siestas y hace hervir las funciones municipales no es tanto un debate serio de presupuesto —aunque la ampliación aprobada era clave para pagar sueldos municipales— sino quién se sienta junto a quién.
Para ponerle el sello, este bloque “renovado y ordenado” incluye a la única concejal con “raíces bloquistas” del municipio, Marina Poblete, que decidió subirse al tren rosista y dejar atrás la vieja alianza con el peronismo local.
En resumen: Caucete sumó un nuevo club político —sin hinchada real, claro— para que todo siga como siempre: denuncias, suspensiones, debates partidarios al borde del grito… y un presupuesto que pasa de moda (porque se ajusta, se suspende, se aprueba) según el humor de turno. Porque al final, lo que menos importa es la plata pública, lo que importa es quién reparte los sillones y qué tan cómodos se sienten para seguir jugando.

