En el marco del intensificado enfrentamiento entre Irán e Israel en Medio Oriente, Argentina enfrenta una creciente presión sobre su riesgo país y la disponibilidad de dólares hacia el segundo semestre del año.
Históricamente, la demanda de divisas se concentra más en la segunda mitad del año. En este contexto, el elevado nivel del riesgo país, en lugar de disminuir, continúa siendo un motivo de preocupación, ya que limita la capacidad de acceder a préstamos internacionales a tasas aceptables. Las autoridades nacionales, bajo la administración de Javier Milei, parecen subestimar esta realidad, mientras los acreedores internacionales, como el FMI, aún no confirman una mejora significativa en la situación.
El riesgo país se encuentra por encima de los 1.400 puntos básicos, un nivel que complica la refinanciación de bonos que vencen en 2025. Según análisis económicos, el principal obstáculo no radica en la actividad legislativa del Congreso, sino en la falta de reservas internacionales de libre disponibilidad y el limitado acceso al mercado de dólares financieros por parte del Banco Central.
Para revertir esta tendencia, se considera necesario reducir el riesgo país en al menos 400 puntos, lo que requeriría un descenso a valores por debajo de los 1.000 puntos básicos. Esto implicaría:
- Aumentar reservas internacionales mediante compras directas del Banco Central y acuerdos con organismos como el FMI, Banco Mundial o el BID.
- Levantar restricciones cambiarias al mercado de divisas privadas (dólar MEP y CCL).
- Lograr un superávit fiscal que inspire confianza en los mercados .
Hasta la fecha, ninguna de esas acciones ha mostrado resultados contundentes. El riesgo país permanece estancado, lo que obliga a asumir que las variables fundamentales todavía no han cambiado favorablemente.
Conclusión:
La prolongada tensión en Medio Oriente sirve como telón de fondo, pero la verdadera cuestión para Argentina radica en su economía interna y las consecuencias de mantener un riesgo país alto. Sin una estrategia clara para acumular reservas, aliviar las restricciones cambiarias y reducir el déficit, el país difícilmente mejore su acceso a financiamiento externo ni reduzca sustancialmente el costo del crédito.