La historia es tan absurda que parece escrita por guionistas mal pagos de una serie de acción del canal Volver. Dos tipos en San Juan decidieron jugar al juego de “soy policía”, pero versión choreo. Sí, como cuando de chicos jugábamos a los Power Rangers… pero en este caso los Power eran chorros y los Rangers no aparecieron nunca.
Los muchachos se disfrazaban de agentes (con lo que encontraron: una gorra, un chaleco, y probablemente una cara de póker de cuarta), simulaban allanamientos y entraban a las casas al grito de “¡Policía, no se mueva!”. ¿El objetivo? Robar celulares, cigarrillos y algún que otro detenido, como quien colecciona figuritas del Mundial.
No contentos con eso, un día dijeron: “Che, ¿y si nos llevamos al pibe que estaba en la casa?”. ¡Y lo hicieron! Secuestraron a un flaco y lo trasladaron en su propio auto choreado, como si fueran parte de una serie de acción bajada en 144p. La víctima volvió al rato, pero con trauma y sin celular.
Pero como todo chiste tiene un final, la verdadera policía (esa que cobra poco pero al menos es posta) se avivó y cayó con un operativo real. Resultado: encontraron ropa usada en los falsos allanamientos, dos revólveres que daban más pena que miedo, y una denuncia que hizo más ruido que los tiros que nunca pegaron.
Ahora los dos “polichorros” están detenidos, el detenido que se habían llevado volvió a su casa (sin entender qué pasó), y el barrio entero comenta que la banda “los Díaz” tiene menos futuro que secuela de “El Patrón del Mal” filmada en Rawson.