Mirá, lo digo como amigo de Jorge Miadosqui desde hace años, pero también lo digo como hincha fanático de Sportivo Desamparados, el clásico rival de San Martín: Jorge no tiene que renunciar. Y mucho menos tiene que salir a pedir disculpas.
Sí, lo digo yo, que cada vez que San Martín juega el clásico en el torneo de la Liga Sanjuanina de Fútbol (A Sportivo no le da para más lamentablemente), quiero ganar como sea. Lo digo yo, que crecí en la vereda opuesta, que llevo los colores de Sportivo Desamparados en el alma. Justamente por eso lo digo: porque sé reconocer cuándo un dirigente se juega entero por su club, aunque ese club no sea el mío. Durante años quise para mi club dirigentes como Miadosqui, Salinas, Petrignani, Slavutzky, mis queridos amigos Antuña, mis queridos amigos Salica, y muchos, muchos dirigentes mas. Solo deseo que la gestión de Sassul en Sportivo ¡me de años de satisfacciones!
Ayer el descenso dolió, claro, como nos dolió el descenso de la B Nacional a nosotros en el 2011/2012. A cualquier hincha le partiría el alma. Pero un descenso no borra todo lo que Jorge dejó por San Martín. Bajo su conducción, el club ascendió cuatro veces y salió de una situación economica muy comprometida (No recuerdo si era concurso o pedido de quiebra) con el asesoramiento del Dr. Carlos Sanchez Bustos . Cuatro veces a primera división. Eso no es casualidad, eso no lo logra alguien improvisado, ni alguien que no siente el club. Eso lo consigue un tipo presente, comprometido, que empuja, que pelea, que no abandona. Y yo lo vi de cerca, aunque siempre desde la acera rival, cómo se bancó momentos difíciles y cómo disfrutó cada alegría de la gente verdinegra, ¡deseando para Sportivo Desamparados lo mismo!.
Por eso digo: ¿por qué tendría que pedir disculpas? ¿Por haber dado años de trabajo, de gestión, de esfuerzo? ¿Por haber llevado a San Martín a vivir algunos de los capítulos más felices de su historia reciente? El fútbol pega estos golpes, a veces las cosas no salen, por eso es el rey de los deportes, por eso es tan hermoso. Pero renunciar ahora sería, injustamente, dejar que un mal momento tape una vida entera de compromiso.
Yo, que soy hincha de Sportivo -Siempre hay que llamarlo así- , que debería estar festejando sin más, siento que no corresponde. Porque cuando uno ama un club —sea el que sea— sabe lo que vale un dirigente que no se esconde, que da la cara y que siempre quiso lo mejor para su gente.
Yo te digo Jorge, no te tenes que ir, San Martín necesita calma, conducción y memoria. Y memoria quiere decir entender que los logros no se manchan por un traspié, al fin y al cabo el fútbol es de humanos, es decir como la vida misma.
Lo digo como amigo. Y lo digo como adversario deportivo. Y justamente por eso, creo que vale doble.

