Después de tres años al mando de la diócesis de San Rafael, Mendoza, el obispo Carlos María Domínguez tuvo que dar un paso al costado. ¿Razón? Una denuncia por “acciones indebidas” contra “personas adultas”, según informó el Obispado este jueves. Parece que ni una novena lo salvaba esta vez.
Domínguez, que ya había probado suerte como obispo en San Juan entre 2019 y 2023, recibió la noticia de su salida de una fuente difícil de ignorar: el mismísimo Papa Francisco, que aceptó su renuncia en tiempo récord. En su lugar, pusieron al obispo auxiliar Marcelo Mazitelli, que llega con la difícil tarea de acomodar el desorden.
El Obispado de San Rafael intentó mantener la calma y aseguró que la investigación sigue en marcha. Mientras tanto, prometieron “custodiar la intimidad de los denunciantes” y aplicar las sanciones canónicas que correspondan.
El comunicado también expresó su “dolor y lamento”, aunque lo cierto es que el único que parece lamentarse en serio es Domínguez, que ahora tendrá que encontrar un nuevo destino… aunque difícilmente sea en otra diócesis.
Por ahora, no se conocen muchos detalles sobre la denuncia, pero la prensa mendocina sugiere que la cosa pinta fea. Lo único seguro es que en el Vaticano ya le dijeron: ¡Hágase a un lado!