Hace días quiero escribir algo y no me sale nada. O más bien me sale todo. Cada cosa que escribo me parece poco o que no le hace justicia, especialmente porque él tan bueno con las palabras y yo tan disléxica. Lanata tuvo mil vidas y tuve el privilegio de ser testigo de algunas de ellas. Así que voy a arrancar un hilo para ir dejando al azar, mis recortes personalísimos y desordenados, sepan disculpar la desprolijidad, son días de revolver, leerlo, mirarlo y sentirlo mucho más. Fuimos mil cosas, amigos, amantes, pareja, amigos, nos embarcamos en cada delirio y vivimos dramones, la vida cerca de Lanata siempre fue un trampolín ida y vuelta entre el disparate y la adrenalina, mil veces mi maestro, a veces su enfermera, fuimos esposos, después ex, pero amigos siempre amigos y confidentes. Y nos puteamos, como corresponde, un millón de veces, siempre de Ud. Nos separamos dos veces, la primera duró poco, yo había logrado cultivar con éxito cierto perfil bajísimo pero la separación fue muy pública en plena época de la ruta del dinero, y esa vez un día después de separarnos hizo esto. Esto me lo escribió cuando finalmente encontré a Mercedes, mi mamá biológica (el me había ayudado en esa misión) no puedo creer que no se lo mostré cuando una vida después supimos que el también era adoptado. Daniela era el nombre que yo tenía en mi partida de nacimiento original. Esta foto me encanta porque ya estaba cocinadísima nuestra separación definitiva a los pocos días que se vaya a vivir a Miami. Y así y todo felices, con proyectos propios y bancando al otro. Lo bueno cuando te separas y seguís queriendo bien es que perdes la cotidianidad que saca a flor de piel las cosas que te irritan del otro, y si además hiciste un amigo, un compañero y te entendes, podes cultivar una relación inquebrantable. Desde que me separé era una relación bastante idílica, discutíamos poco, solo teníamos dos o tres puntos en que nos sacábamos chispas, algún que otro desacuerdo sobre la educación de Lola, mi impuntualidad le daba malhumor y después estaba Twitter, sí, la última discusión picante que recuerdo fue culpa de Uds, el no entendía el rol de esta red social, la subestimaba y yo no entendía porque para mi, paradójicamente él es el espíritu más tuitero que conocí.
