En Capital, la moto estaba tan campante en un baldío, escuchando cuarteto a todo volumen, mientras fingía ser parte de un corralón. El Agente Rumor se acercó y le susurró: “¡Cantá, bandida! ¿Quién te sacó a pasear sin permiso?”. La moto, nerviosa, se le patinó encima.
Mientras tanto, en 9 de Julio, la camioneta robada estaba estacionada frente a un kiosco, haciéndose la distraída como si esperara que le cargaran la SUBE. El Agente Rumor, disfrazado ahora de paquete de galletas, se trepó al techo y exclamó: “¡Confesá, cuatro ruedas traicioneras! ¿Quién te llevó de farra?”.
Al parecer, los vehículos no quisieron decir nada… hasta que el Agente Rumor les prometió una revisión técnica gratis y un tanque lleno. Ahí largaron toda la data, incluso el color de medias del ladrón.
Y aunque el operativo terminó bien, el Agente Rumor se quejó: “¡Tanto lío para encontrar la camioneta y la moto… y a mí ni el Paolo me busca para invitarme un café!”.