La intendente Susana Laciar decidió que en la Capital sanjuanina ya no hay lugar para la anarquía embutida entre dos panes ni para las mantas de colores que se despliegan con la velocidad de un ninja cuando aparece un inspector. ¡Se acabó la joda, dijo Su!
Tras desalojar pancheros y manteros del Parque de Mayo y la Plaza España, el municipio lanzó tres proyectos de ordenanza para simplificar las habilitaciones comerciales. La idea es clara: si vas a vender algo, que sea legal, higiénico, y con un sello municipal que diga “yo no me hice en la vereda”.
“Queremos un Estado que acompañe”, dijo Laciar, pero a los pancheros los acompañaron directo a la calle, eso sí, con orden y previsibilidad. Ahora tienen 21 días sin vender ni un pancho, pero tranquilos, porque desde el municipio están “escuchando activamente”, como si la salchicha pudiera esperar a que el sistema administrativo tenga ganas de despertarse.
Mientras tanto, la Defensora del Pueblo, Florencia Peñaloza, pidió soluciones urgentes. “El derecho al trabajo no es negociable”, afirmó, aunque parece que el derecho al silencio administrativo sí lo es, y se ejerce con rigurosidad suiza.
Los pancheros aseguran que cumplieron con todas las refacciones, incluso compraron ketchup sin vencimiento, pero nadie les da el ok para volver. Están parados, sin gas, sin mostaza y sin esperanza.
Por otro lado, los manteros decidieron que ya está, basta de persecución. Se están organizando para alquilar un lugar privado. ¡Sí, señores! Van a pasar de “ilegal en la vereda” a “inmobiliario en cuotas”. Todo un upgrade. El lugar elegido es Hugo Espectáculos. Ideal: antes iba la Mona Jiménez, ahora van las medias tres por $500. La evolución del mercado.
En este San Juan que avanza, no hay espacio para el caos. Solo para el orden, los expedientes, las ordenanzas y los sueños embalsamados en letra chica. Porque ahora, si querés vender un pancho, primero tenés que pasar por la AFIP, Bromatología, la bendición papal, y el curso de manipulación emocional.

