BERLÍN — Los científicos rusos ayudaron a convertir a su país en un líder en el desarrollo de misiles de última generación que vuelan al menos cinco veces más rápido que la velocidad del sonido.
Luego Rusia comenzó a llamarlos traidores.
Un tribunal de Moscú condenó esta semana a Alexander Shiplyuk, de 57 años, director de un instituto de física ruso que se especializa en vuelos hipersónicos, a 15 años de prisión por traición.
Aunque el juicio ha estado rodeado de secreto, los defensores de Shiplyuk dicen que fue acusado de compartir ilegalmente información clasificada.
Fue el último paso en una ofensiva que lleva años contra algunos físicos rusos destacados, una parte de la amplia campaña de represión del gobierno ruso que se destaca por su superposición con la industria militar del país.
Otro científico de alto rango del instituto de Shiplyuk, el Instituto Khristianovich de Mecánica Teórica y Aplicada en Siberia, fue sentenciado a 14 años de prisión en mayo, y un tercero fue arrestado el año pasado.
Anatoly Maslov, físico detenido en 2022 y acusado de traición, en una vista judicial en San Petersburgo, Rusia, en mayo. Foto Anton Vaganov/ReutersAl menos otros ocho físicos que trabajan en campos relacionados con los vuelos hipersónicos y supersónicos han sido arrestados desde 2015, según Perviy Otdel, un grupo de abogados rusos que se especializan en casos de traición y espionaje.
Casos secretos
Los casos contra los científicos se han mantenido en secreto, y las audiencias se han celebrado a puerta cerrada.
El abogado de Shiplyuk dijo el miércoles que no podía hacer comentarios sobre el caso de su cliente porque era «información secreta«.
Pero los partidarios de los científicos dicen que las acusaciones contra ellos se derivan del tipo de colaboración con colegas en el extranjero que es el alma de su profesión.
Dicen que el servicio de seguridad ruso FSB, la principal agencia sucesora del KGB, ha emprendido una campaña sistemática contra los científicos rusos que trabajan en campos con aplicaciones militares sensibles, una campaña que probablemente tenga un efecto paralizante en ese tipo de investigación.
«No solo tememos por el destino de nuestros colegas», decía una carta abierta de colegas científicos en defensa de los científicos del instituto Khristianovich, publicada en su sitio web en 2023 y luego eliminada.
“Simplemente no entendemos cómo seguir haciendo nuestro trabajo”.
Shiplyuk y sus dos compañeros de trabajo arrestados, Anatoly Maslov y Valery Zvegintsev, estaban siendo investigados por “presentar informes en seminarios y conferencias internacionales, publicar artículos en revistas de alta calificación y participar en proyectos científicos internacionales”, decía la carta abierta.
El trabajo de los científicos en aerodinámica tiene aplicaciones militares, incluidos misiles hipersónicos, y también aplicaciones civiles. Shiplyuk dijo en una entrevista para un libro de 2021 que lo que lo atrajo a su trabajo fue “el deseo de desarrollar los aviones del futuro”.
El razonamiento detrás de la serie de arrestos es turbio, y el Kremlin ha negado que sean parte de alguna campaña de represión.
Yevgeny Smirnov, un abogado de Perviy Otdel que ha trabajado en otros casos de traición que involucran a físicos rusos, dijo que el FSB parecía estar tratando de disuadir cualquier contacto con extranjeros y demostrar que “las agencias de inteligencia de todo el mundo supuestamente están buscando los logros de la ciencia rusa”.
“Es importante señalar que estos científicos no estaban trabajando en armamento”, dijo Smirnov.
“Estaban realizando una investigación física fundamental, cuyos resultados se suponía que se utilizarían en la esfera civil”.
Pero el arresto de Shiplyuk y sus colegas se produjo mientras el presidente de Rusia, Vladimir Putin, promocionaba el desarrollo de misiles hipersónicos de su país como elemento central de la disuasión nuclear de Rusia en su enfrentamiento con Estados Unidos.
Hipersónicos
Los misiles hipersónicos se definen como capaces de volar a cinco veces la velocidad del sonido o más, y también tienen cierta maniobrabilidad, a diferencia de los misiles balísticos.
La combinación puede permitirles evadir las defensas aéreas.
El ejército ruso ya ha utilizado misiles de este tipo, que Putin presentó en 2018, para lanzar ojivas convencionales en la guerra contra Ucrania.
No está claro dónde ni cómo se acusó a Shiplyuk y sus colegas de compartir información clasificada.
Reuters informó el año pasado que Shiplyuk era sospechoso de hacerlo en una conferencia en China en 2017.
También se informó de que otros científicos rusos detenidos fueron acusados de pasar secretos a China, incluido Dmitri Kolker, un especialista en óptica cuántica, que murió poco después de su arresto en 2022.
Shiplyuk apareció en una importante conferencia científica en Pekín en 2019, y China se ha convertido en el socio internacional más importante de Rusia en medio de las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania.
Pero los analistas dicen que el Kremlin todavía trata su asociación con China con cautela y se muestra cauteloso a la hora de compartir su tecnología más avanzada.
c.2024 The New York Times Company