La nafta sube tanto que en vez de ser combustible, ahora parece que es un artículo de lujo. ¡Y el gas! Ese sí que es un chiste pesado, está más caro que la suscripción premium de todas las plataformas. Si seguimos así, la gente va a empezar a llenar el tanque con aire comprimido.
Yo como agente secreto ya estoy desbordado, veo conspiraciones como: «La nafta sube porque el gobierno quiere que todos seamos ciclistas, ¡y el gas sube porque está entrenando para los Juegos Olímpicos de la inflación!» Hay rumores de que si sigues llenando el tanque a este ritmo, el auto empieza a hablar y te dice «Mejor cómprame una casa, por lo menos viviremos mejor».
Y lo peor es que la gente ya no sabe si está tomando decisiones financieras o jugando al Tetris con la tarjeta de crédito. «¡¿Cómo hago para llenar el tanque sin vender un riñón?!», se preguntan muchos. Sube tanto la nafta que pronto en vez de llenarle el tanque al auto, lo vas a tener que llevar a empeñarlo.
Cada vez que vas al surtidor, el precio parece gritarte: “¡Pónete a dieta, que esto no es un chiste!”. Y entre tanto aumento, el gobierno sigue con su mejor cara de «no pasó nada». En el supermercado, en vez de mirar el precio de la carne, la gente ahora mira el de la nafta, como si fuera la novedad del mes. Es que ya nadie tiene claro si va a llenar el tanque o el carrito de compras, porque parece que ahora lo único que te llenan ¡son las pelotas!.