Rawson y Chimbas, los dos bastiones más importantes para el peronismo, están en manos de dirigentes que ya no responden ciegamente a Uñac. Y sin esos votos, cualquier estrategia es un castillo de naipes esperando el primer soplido.
El peronismo sanjuanino ya no es un movimiento, es una carnicería interna donde todos llevan cuchillo. Y con cada nueva jugada, queda claro que lo único que une a este circo es la pelea por el pan y el circo.