Con Rafael Nadal en uno de los palcos, Real Madrid empató 4-4 con Real Sociedad y jugará la final de la Copa del Rey gracias a la victoria 1-0 en la ida. Fue un partidazo el disputado en el Santiago Bernabéu y, como casi siempre, hubo polémica por una clara posición adelantada de Kylian Mbappé que culminó en uno de los goles del local. Ahora, los comandados por Carlo Ancelotti chocarán contra Barcelona o Atlético de Madrid, que juegan este miércoles, el sábado 26 de abril en el estadio La Cartuja de Sevilla.
La revancha de la semifinal entre Real Madrid y Real Sociedad por la Copa del Rey lo tuvo todo y tranquilamente puede ser candidato a partido del año. Como la ida había sido 1-0 a favor de los merengues, la vuelta en el Santiago Bernabéu se pensaban un trámite. Pero los vascos tuvieron un rendimiento espectacular y regalaron un duelo repleto de emociones y polémicas, con un empate parcial del local que llegó luego de una escandalosa posición adelantada de Kylian Mbappé.
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Ander Barrenetxea adelantó la visita y el brasileño Endrick empató. Con ese resultado se fueron al descanso. El segundo tiempo fue apasionante. David Alaba en contra y Mikel Oyarzabal dieron vuelta el duelo para los San Sebastián. Con el 3-1 pasaban a la final. Pero, en la acción siguiente, Vinicius apiló a todos por la izquierda y le sirvió el gol a Jude Bellingham. 3-2 e igualdad.
Sucedería segundos después la acción más polémica de la noche en España. Modric habilitó a Vinicius y Mbappé, 5 metros adelantado, amagó a agarrar la pelota y la dejó pasar para la carrera del extremo de Brasil. El balón se fue al córner y del envío llegó el empate 3-3 de Aurelien Tchouameni. El fuera de juego posicional del francés fue escandaloso porque participó e hizo dudar al defensor rival que cerraba. Los visitantes protestaron, pero el VAR no pudo actuar porque el gol provino de una segunda jugada. Ahí, el error de interpretación del árbitro y del juez de línea fue descomunal.
La justicia llegó sobre el final cuando Oyarzabal se aprovechó de una mala salida de Lunin y de cabeza puso el 4-3 para mandar el juego al tiempo suplementario.
Bajaron el ritmo ambos en los tiempos suplementarios y lo inevitable parecían los penales. Pero a nada del final el alemán Rudiger puso la cabeza para el 4-4 definitivo (primer empate con este marcador en la historia del Bernabéu) y para el delirio de todos los hinchas de Real Madrid.