Mié. 06.11.2024-07:03
Salvo Javier Milei, parecen poquísimos en el mundo diplomático quienes alcanzan a comprender la dimensión de la crisis en el gobierno libertario que desató el voto de la Argentina en la ONU de condena a Estados Unidos por el bloqueo a Cuba. Un asunto que no está privilegiado en la agenda de ninguna de las naciones que la semana pasada repitieron su postura: 187 votos contra aquella medida económica; 1 abstención (Moldavia) y dos votos a favor, Estados Unidos e Israel.
Puede comprenderse el despido de la ex canciller Diana Mondino, desentendida o engañada, al parecer, sobre la posición irreductible de Milei. Es mucho menos entendible la purga con que amenaza el mandatario libertario contra aquellos diplomáticos que no comulgan con su ideario. Por otro andarivel deberían correr las renuncias pedidas en los niveles más altos por el ministro recién asumido, Gerardo Werthein. Debe armar su equipo de confianza. Nadie sabe qué papel jugarán, en adelante, Nahuel Sotelo, el Secretario de Culto, y Ursula Basset, consejera especial. Ambos encaramados por decisión de Karina Milei, la Secretaria General. Viejos gendarmes de la cesanteada Mondino. Leé más.