San Pablo. Enviado especial. Los números son extraordinarios. Suman 156 millones los brasileños llamados a votar este domingo en 5.569 elecciones alrededor de todo el paÃs-continente, para elegir nada menos que entre 463.354 candidatos a intendentes y concejales.
Una elección que los mayores lÃderes de Brasil, desde el presidente Lula da Silva a sus rivales inmediatos como Jair Bolsonaro, han nacionalizado abiertamente porque esas urnas anticiparán el futuro polÃtico de la mayor economÃa latinoamericana, un gigante que no ha logrado superar la profunda división en mitades que desnudaron las presidenciales de 2022. Ganar o perder este domingo implica tener o no las herramientas para esa batalla.
No hay claridad respecto a los resultados de esta primera vuelta (la segunda es el próximo 27 de octubre), pero es más nÃtido el dato de que, como sucedió en las presidenciales, la votación se distribuirá de modo masivo entre el heterogéneo centro brasileño, donde Lula también prefiere instalarse.
Hace apenas dÃas el mandatario lanzó un notorio discurso en defensa de la creatividad empresaria y se comprometió a ser un garante de las ganancias de los privados. Un mensaje con resonancias de la campaña de 2002, en la cual el lÃder del PT se corrió de una izquierda que perdió fuelle para encabezar una alianza de diez partidos mayoritariamente promercado. Un paso central para su victoria.
Pero, como señalamos, en un paÃs en extremo polarizado al punto que ese fenómeno se acompaña con graves datos de violencia e incluso debates que acaban en batallas a trompadas y sillazos en la televisión.
Recordemos que Lula ganó por una diferencia mÃnima de 1,8% de los votos sobre Bolsonaro quien cosechó la mayor cantidad de sufragios de la historia para un candidato derrotado. Una consecuencia del llamado voto cruzado. La gente vota a uno para no votar al otro. Un fenómeno de esta era que no solo concierne a Brasil.
Elecciones de medio término
Para muchos analistas y, sin dudas, sus protagonistas, estas elecciones equivalen a las de medio término en otros paÃses. De ahà que Lula aparece en los spots televisivos sosteniendo a sus candidatos, en particular en San Pablo, la cita principal de este domingo,
Aquà el postulante oficialista Guilherme Boulos no es del PT sino del PSOL, una fuerza de izquierda que también ha hecho sus correcciones de brújula polÃtica como el mandatario y a quien apoya la legendaria petista Marta Suplicy, con prestigio en la ciudad. Esa nacionalización de las urnas, explica que centenares de candidatos en el interior del paÃs hayan optado por el camino fácil de adoptar el nombre del presidente o Bolsonaro en su campaña.
A solo dÃas del comicio, y según las encuestas, el centro y centro derecha están tomando fuerza en las principales ciudades del paÃs. De las 15 capitales brasileñas con mayor número de electores, que serán centrales en la disputa, lideran la intención de voto candidatos del MDB, del Partido Social Democratico (PsD) o de União Brasil, todas fuerzas de centro y hacia la derecha donde el PL de Bolsonaro y Republicanos figuran entre los partidos que presentaron más candidatos. El PT no brillará especialmente en esta cita.
El centro polÃtico lo ocupaba antes ampliamente el PSDB del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, una fuerza que se extinguió relevada tanto por el partido de Lula girado a una socialdemocracia de estilo europeo como por fuerzas más de centroderecha que representan a una clase media poco revolucionaria y conservadora. También ahà se enfila el ya famoso Centrão (gran centro), un polémico puñado de partidos que controlan el Parlamento y prácticamente ejercen un cogobierno.
Un dato interesante de ese perfil centrista es que encuestas como la reciente de Quaest registró que la dificultad para el ahorro es para los electores el principal problema del paÃs, 25%, muy por encima de la violencia (17%), la deuda social (16%) o la corrupción,(13%). La salud marcha en un lejano quinto lugar, 12% y peor aún la Educación, 7%. El ahorro es una de las caracterÃsticas del crecimiento individual y ahà hay un importante disconformidad con cómo suceden las cosas.
Esa frustración posiblemente explique la aparición de fenómenos antisistema iliberales de la nueva ultraderecha de moda. Su expresión local es el influencer Pablo Marçal, un millonario de pasado opaco candidato a la alcaldÃa de San Pablo, quien se ha convertido en una estrella televisiva, con una imagen impertinente y discursos agresivos, que acabaron en graves incidentes en los debates.
En uno de ellos recibió un sillazo de un enfurecido polÃtico a quien trató de adicto y uno de sus hombres trompeó a un asesor del oficialismo local. Esa trascendencia que lo tornó en la estrella de los sets, lo muestra con alguna posibilidad de pasar a la segunda vuelta, atrapando votos del bolsonarismo que respalda al alcalde actual Ricardo Nunes del MDB y por encima del PSOL de Boulos que apoya Lula.

Muchos de los factores externos que podrÃan haber incidido en el comicio en cierta medida se han disuelto. La crisis con la plataforma X, que tiene su quinto mercado en este paÃs con 22 millones de suscriptores, se ha ido resolviendo con un acercamiento de Elon Musk y la justicia, aceptando suspender las cuenta golpistas y el pago de la multas.
La cuestión venezolana, que exhibió ambigüedades y confusiones del gobierno brasileño para lidiar con el giro dictatorial del régimen bolivariano, tampoco aparece en el cuadrante después de que Lula criticó al liderazgo chavista, atento a la enorme reprobación que genera entre los brasileños.
Los ejes más graves que sobrevuelan esta cita son la violencia y la incidencia de las mafias organizadas. Hace poco dÃas una candidata trans a concejala en San Pablo fue atacada a balazos que solo dañaron su automóvil.
Citado por el canal France24 el jefe del Centro de Inteligencia de la PolicÃa Militar de São Paulo, el coronel Pedro Luis Souza Lopez, reconoció que está preocupado por la infiltración del narco en las elecciones municipales. «Su participación es mucho más grande de lo que imaginaba. No podemos decir si son 100 ó 200 municipios, pero hay varios indicios palpables de alguna actividad importante del narcotráfico financiando la campaña electoral».
El observatorio de Violencia PolÃtica y Electoral, OVPE de la Universidad de Rio de Janeiro, identificó 455 casos de ataques de toda Ãndole contra dirigentes solo de ese estado desde la mitad de setiembre pasado. Entre julio y hasta ese mes hubo 15 homicidios en RÃo de Janeiro, la plaza que disputan dos grandes carteles, el Comando Vermelho y Tercer Comando Puro, convencidos de que las urnas son parte también de esa batalla.