A diferencia de otras devaluaciones, el debut del dólar sin cepo no llegó con una avalancha automática de nuevas listas de precios en las góndolas, aunque todavía reina la incertidumbre entre los proveedores y los supermercados y en el sector no descartan que lo peor puede estar por venir.
La suba del 12% en la cotización del dólar minorista todavía no disparó una ola masiva y generalizada de remarcaciones, lo que representa la principal preocupación del Gobierno. Sin embargo, en la industria reconocen que todavía hay más preguntas que respuestas sobre lo que puede pasar con los precios en los próximos días.
“Como todos los lunes, recibimos algunas listas nuevas de precios, pero no fue la catarata que tuvimos ante otras devaluaciones. La diferencia pasa por dos razones. Una es que muchas empresas ya se venían anticipando y en las últimas semanas habían avanzado con los aumentos, lo que explica la suba de la inflación de marzo [fue de 3,7%]. Y el otro factor que está frenando las remarcaciones es que la demanda no convalida cualquier suba. La marca que se sale de las promos o se escapa con el precio, no vende”, explicaron en una cadena de supermercados.
En una distribuidora de alimentos destacaron que la semana abrió con más consultas que un lunes común, pero aseguraron que la mayoría de los proveedores mantuvo el ritmo de entregas. “Lo primero que hice fue comunicarme con las tres lácteas con las que estamos trabajando y las tres me confirmaron las entregas. Suspender los pedidos es por lo común la primera medida que toman las empresas cuando se empieza a mover el dólar. Una de las pocas excepciones fue una empresa fabricante de conservas que nos quiso pasar una lista con una suba promedio del 10% con el argumento de que el material para las latas es todo importado”, explicaron a LA NACION.
“La política de la compañía es no recibir listas nuevas con aumentos por el dólar”, fueron tajantes en otra cadenas de supermercados.
En el sector destacan que la relativa calma que se vivió en la jornada de hoy está muy lejos de ser una batalla ganada. “Nosotros decidimos no aumentar los precios y seguir con la lista que se había publicado ayer (domingo). Lo único que hicimos es controlar un poco las ventas de los productos más commodities, como azúcar, yerba mate, aceite o harina, para ver cómo venía la mano. Igual, calculamos que puede haber novedades en materia de aumentos a partir del miércoles o jueves de esta semana o el lunes de la próxima”, señalaron en una cadena mayorista.
A la hora de hacer un análisis de lo que está pasando en las góndolas, en los supermercados ponen el acento en que muchos de sus proveedores ya se venían anticipando a lo que podía pasar con el nuevo régimen cambiario.
“Las últimas semanas ya venían muy movidas, especialmente con los alimentos frescos. El pollo tuvo una escalada de costo significativa, cercana al 15%, y los lácteos, en promedio, subieron un 2%, pero en el caso de la manteca el salto llegó al 7%, con el argumento de faltantes estacionales. Y algo parecido pasó con los huevos, que subieron un 6%”, explicaron en otro supermercado.
La falta de una demanda que convalide los posibles aumentos es un argumento repetido entre fabricantes y supermercados, ante un consumo que no termina de recuperarse, aún cuando las comparaciones interanuales se hacen contra meses muy flojos en ventas como los del primer trimestre de 2024.
De acuerdo a un relevamiento de la consultora Scentia, las ventas de los supermercados y autoservicios registraron una caída interanual del 9,8% en febrero (último dato actualizado) y de esta manera ya son quince los meses consecutivos con números en rojo.
Según Scentia todos los canales de venta registraron caídas en el mes de febrero, tanto en en el AMBA como en el interior del país y las bajas más fuertes se sintieron en los rubros de bebidas, con y sin alcohol.