El Paso de Agua Negra se ha transformado en un reality show de supervivencia. Cientos de argentinos enfrentan el desafío: «¿Podrás llegar a Chile antes de que cierren la aduana?» Con tiempos de espera de hasta 7 horas, la cosa es seria. Si te llevás mate, paciencia y un buen playlist, sos de los que juegan en modo experto.
Y ni hablemos de las casas de cambio. ¡Los pesos chilenos se venden más rápido que choripanes en un acto político! Los arbolitos del centro sanjuanino ya parecen DJs: “No hay más, pasen mañana”. Ahora hasta para cambiar guita hay que tener estrategia… o un arbolito amigo que te guarde unos billetes «debajo del mostrador».
Mientras tanto, en La Serena, los malls colapsados parecen el Abasto en Navidad. La diferencia es que allá las carteras son más baratas y en la playa no te corre un vendedor de churros. Eso sí, cuando los argentinos llegamos, la economía chilena respira aliviada: «¡Gracias por existir, muchachos!», dicen los locales mientras cargamos autos con televisores, vinos y perfumes como si fueran souvenirs.
¿Y qué decir del cambio? El peso argentino está tan barato en Chile que parece un chiste: a 60 centavos chilenos, ¡más barato que un caramelo Sugus! Así que, si estás pensando en cruzar, recordá: armate de tiempo, billetes y buen humor… porque entre las filas eternas y los pesos agotados, esto es toda una aventura estilo «Los juegos del hambre: edición cordillerana». 🌟🎒